Gonzalo Gómez junto a su fraternal amigo
Alejandro “Patón” Carrasquel, primer Grande-Liga venezolano.
Nunca hubo una concentración de
peloteros más importante. Supersticiosos y agresivos, los
jugadores de antes jugaban una pelota más caliente.
Para
Gonzalo Gómez resulta difícil escoger entre Martín Dihigo y Manuel García
“Cocaína”. Ambos eran colosales y él que tuvo oportunidad de ver por buenos
años pelota de Grandes Ligas, se muestra seguro de que ambos hubieran encontrado
sitio en la mejor historia del béisbol norteamericano.
Gonzalo Gómez señalaba: "Martín
poseía extraordinaria velocidad y era capaz de brillar en todas las posiciones.
Pero curvas como las de “Cocaína” posiblemente no se hayan vuelto a ver. Además
eran peloteros corajudos, de esa clase que jamás acepta con calma la derrota".
En
una terraza del Hotel Tamanaco se improvisó prontamente la tertulia deportiva. Allí
estaban Alejandro "Patón" Carrasquel, el "Gatico" Hernández, Florencio Gómez Núñez, Juan
Vicente Ladera… y los recuerdos quemaban el aire.
El Concordia
Gonzalo
Gómez que ahora frisa los sesenta y tiene el cabello cano, pide algo que
aclarar. Es la historia que tanto ha rodado sobre sus “ponchadas” a Dihigo.
Gonzalo Gómez narraba: "La
verdad es que en La Victoria solíamos organizar “caimaneras” y yo pitcheaba,
casi siempre contra Martín Dihigo. Claro, que alguna vez me metió batazos de
espanto. Pero casi siempre teníamos buenos files para el caso".
Y
recuerda que una vez lo “ponchó, de verdad verdad”, aunque ahora el cubano
dijera lo contrario… Pasó los hombres por bolas para pitchearle justamente a
Martín. “Dicen que yo poseía una bolita de algodón que hacía daño y el cubano
se tragó los tres strikes enteros…Que me desmientan otros”.
El
“Patón” Carrasquel sonríe de oreja a oreja y comenta: "Yo
jugaba siempre para el equipo del “Coronel”…así no había modo de perder!"
Luego
la cosa va en serio y todo el mundo se muestra de acuerdo en que resulta
difícil –si no imposible– formar en estos días un equipo como aquel Concordia.
Sembró el terror durante las giras que hizo por Santo Domingo y Puerto Rico.
Aparte
de Dihigo y “Cocaína”, otras figuras como Silvino Ruiz, Plácido Delgado, Marcelino Blondet “Moncho Brujo”, Pedro Alejandro Sam, “Patón” Carrasquel…defendían el box. En la
receptoría estaban el “Pollo” Malpica, Julio Rojo, Francisco Quevedo. ¿Otros
peloteros? Vayan anotando: Luis Aparicio (El Grande), Nieves Rendón, César
Nieves, Luis Jiménez, Anselmo Pérez, “Tetelo” Vargas, Alejandro Oms, Balbino
Inojosa, Emilio “Millito” Navarro…Y como no era suficiente, en Santo Domingo contrataron a Joshua
“Trucutú” Gibson y a Johnny Mize!
La
idea del Concordia nació del interés de Gonzalo Gómez de levantar el standard
de juego. Ahora lo confiesa: “¿Hice mal? No es fácil decirlo. Entonces
vinieron al país los mejores peloteros que jamás se habían visto aquí. Todos
los jugadores residían en La Victoria junto con sus familiares y no tenían otro
norte que el oficio”.
Conviene
en que los otros equipos no podían hacer lo mismo, pero recuerda que igualmente
ayudaba económicamente a los contrarios. Al Santa Marta de La Guaira, al
Deportivo Universitario. Del bolsillo generoso del “Coronel” salía la paga de
muchos jugadores extranjeros contratados por los otros equipos.
Así
surgió la rivalidad con el Royal, al que Concordia cedió nada menos que a
“Tetelo” Vargas, el dominicano que corría como un gamo y quien una vez le dio a
ganar a Carrasquel cincuenta dólares cuando en Puerto Rico lo enfrentaron a
Ortiz, atleta velocista, campeón de los cien metros. “Tetelo”, con el uniforme
puesto y zapatos de spikes, le ganó a Ortiz justo en la cinta. La anécdota la
cuenta el propio Carrasquel.
“Buchi Pluma No Más”
El
“Coronel” Gonzalo Gómez habla ahora de las hazañas del “Patón” y declara que
pocas veces admiró tanto a un pelotero.
Gonzalo Gómez señaló: "El
“Patón” pitcheando para el Royal le ganó varios juegos al Concordia y una vez
estuvo a punto de lograr a nuestra costa la hazaña del “no hit no run”, pero
Balbino Inojosa, con dos outs se encargó de estropearlo todo con un hit que nos
llegó al alma…".
Fue
cuando al “Coronel” se le ocurrió la idea de colocarles en el pecho del
uniforme a sus jugadores del Concordia el mote de “Buchi Pluma, no más”…
Por
cierto que aquella vez, apunta Carrasquel: "Salieron a ganar y yo fui la
víctima. Perdí por primera vez después de ganarle once consecutivos y el catire
Maal se echó a llorar..."
Es
que entonces la pelota se jugaba con coraje de hombres, subraya el “Coronel”.
Y el "Patón" Carrasquel cuenta: "Pero
la verdad es que aquel batazo de Balbino para romperme el no hit no run no me dolió tanto como una vez que lanzando contra los
Yankees, después de haberle hecho siete ceros consecutivos y no haberles dejado
conectar un hit, se me llenaron las bases por dos pasajes y un error, y el
manager, Bucky Harris, me sacó. Me fui al dugout y desde allí, por un radio del
médico, continué oyendo el juego. Nos hicieron una carrera y nos empataron.
Luego fuimos a batear. Estalella metió un tubey y luego lo empujaron con un
batazo largo a lo profundo, pero DiMaggio lo reventó en la goma. Estalella era
muy pesado. Perdimos, finalmente 2 a 1".
Futbolista e Hípico
La
tertulia se generaliza y el orden se pierde. Se habla de deportes con animación
y ganas. Florencio Gómez Núñez recuerda que: "La afición de Gonzalo por los deportes le viene
de lejos. El estudió en Saint Johns, en Nueva York y como capitán del equipo
del colegio ganó el campeonato de fútbol del Estado".
Gonzalo
Gómez luego jugó fútbol en Caracas para el Centro Atlético. Para entonces el
gran rival estaba en Los Samanes. Gonzalo Gómez era centro-delantero y no recuerda que
jamás ningún guardameta se hiciera el “loco” y dejara colar sus goles…
Todo
el mundo comenta con risas la salida. Y el “Patón” –medio en broma, medio en
serio– trae a colación la vez en que Gonzalo Gómez ordenó que no le batearan más que
por un solo lado “porque tenía la otra pierna enferma”. Padecía en realidad de
meniscos a causa del fútbol.
Otro
deporte que apasionó al Coronel fue el hipismo. Caballos de excepción en su
cuadra fueron “El Guárico”, “Papagayo” (un hijo de “Man o’ War”), “Zonda”,
“Bramón”, “Carache”, “Silver Button” y “Gold Button”, estos últimos hijos de
“Cónsul”. “Gold Button” se retiró invicto de las pistas. Recuerda
que una vez pudo ganar “La Copa de Oro” en el hipódromo La Habana. Envió tres
caballos para el caso, al cuidado de don Jaime Todd.
En
Puerto Rico consiguió un potro no muy caro “Figral” que se
convirtió en campeón de la pista conquistando todos los trofeos de la
temporada. En cambio, un descendiente de “Tetramer”, de cuyo nombre no quiere acordarse, las veces que corrió no arribó en
otro lugar que no fuera detrás de la cola de los otros…
La vez que “Tetelo" agarró un zorro con
la mano pelada
En
“mesa revuelta” se habla de todos los deportes a la vez. Se recuerda a Simón
Chávez y a otros boxeadores por quienes “el Coronel” simpatizaba.
De
la velocidad de “Tetelo” Vargas, superior a la de “Millito” y a la de Radamés.
¿Corría más que Jethroe?
"Más
que Jethroe", responde el “Patón”.
Gonzalo
Gómez recuerda que: "Una vez “Tetelo” se hallaba jugando center field en el Stand de La Victoria y de un maizal cercano saltó un zorro que cruzó raudo por el
diamante. “Tetelo” se le pegó detrás y lo alcanzó por la cola…¡Aquella noche se
puso la fiesta!".
El
“Gatico” Hernández preguntó si “Tetelo” no era supersticioso. Todos los
peloteros lo son un poco. Bobo Newson al comenzar a pitchear, colocaba un
guante cerca de la línea de coach…cuando se lo volteaban, perdía la goma, se
volvía loco, discutía con todo el mundo y concluía pidiéndole al manager que lo
sacara del juego…
Pedro
Alejandro Sam pitcher dominicano de los Latinos de Valencia no podía ver un
pañuelo rojo y Carrasquel recuerda que cuando él comenzó a lanzar en Cuba se
sorprendía de la cantidad de trapos de todos colores que agitaban en las
tribunas rivales…”Pero yo nunca comí de eso…”.
Gonzalo Gómez
recuerda que en materia de superstición nadie igualaba a Julio Rojo, famoso
catcher: "Era un negro santero. Siempre andaba con rosarios de peonía y manojos
de alfileres de ganchos…".
Los
Peloteros de antes…no usaban gomina!
Gonzalo Gómez lanzando para el equipo “Ávila”,
enfrentando al “Paraíso”, en 1934. Serie Interclubs organizada por la Asociación
de Cronistas Deportivos. Revista “Elite”, número 472, del 29/9/1934. Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez.
En
aquella rueda de jugadores y aficionados al béisbol de años pasados una opinión
es unánime: antes, siempre antes, los peloteros no se andaban con quítame estas
pajas para fajarse en procura de la victoria.
Se
jugaba duro…y al cuerpo.
Florencio
Gómez Núñez recuerda en materia de agresividad a un puertorriqueño del “Santa Marta”,
del año 1927, José “Gacho” Torres Cruz, que imponía el terror
corriendo las bases. Carrasquel recuerda la vez en que jugando para el México Rojo, el
“manito” Beto Ávila se tiró en segunda y desnudó a “Talúa” Dandridge. Hubo que
hacer rueda de jugadores para ponerle otros pantalones y sacarlo del campo.
Por
cierto que “Talúa” nada comentó y por la noche se dio con Carrasquel a recorrer
las calles para comprarse una lima. Se pasó toda la noche afilando los spikes y
al siguiente día salió como desaforado a robar bases…no había pelotero que
intentara ponerlo out!
Aquella
anécdota que cuenta “Yanesito” de cuando “El Chivo” Capote metió un batazo de
más de cuatrocientos pies y el público gritaba: “Coronel, no se lo lleve…no se
lo lleve, pa’ La Victoria!”, es cierta. “El Chivo” contestaba: “Pero yo me voy,
pero yo me voy…”, mientras corría las bases…
“El
Chivo” por cierto era un as cogiendo la base por pelotazo y Alejandro "Patón" Carrasquel comenta a
propósito que la otra noche en el homenaje a Vidal, “no quise pitchear duro,
por temor a darle un pelotazo a alguno de esos muchachos…”.
Señalaba Gonzalo Gómez: "Los
peloteros de aquellos tiempos, no tenían remilgos
para darse enteros. Por ejemplo, eso de escoger entre los bates, que si uno de
35, que no, que a mí el que me gusta es el 34 o el 33…Nada de eso. Se cogía un
bate, cualquier palo, y se le metía con ganas a la bola.
Una
vez jugando el Concordia en Puerto Rico, el viejo Alejandro Oms, llamado con
premura a batear, fue y cogió el primero que encontró y se paró en el home como
solo aquel viejo admirable sabía hacerlo.
De
lejos se oían sus gritos desesperados de sus compañeros: Alejandro, que cogiste
el fungo…Cuidado que es el fungo!
¿El
fungo? Nada.
Alejandro
Oms la vio venir por el centro del plato y metió un palazo que envió la pelota
al fondo del mar, cien metros más allá de la última cerca del Estadio".
S.A.
Diario
“El Nacional”, Jueves 26 de Enero de 1961.
Pueden disfrutar dos
interesantes videos sobre el desarrollo e impulso del béisbol venezolano, por
los hijos del General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República:
Excelente información dada por Gonzalo Gómez.
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