domingo, 31 de diciembre de 2017

Florencio Gómez Núñez: 22º Aniversario de su fallecimiento


Hoy, querido y recordado abuelo Florencio, se cumplen 22 años de tu partida. Te llevo en mi corazón cada día, por haber sido tan bueno, cariñoso y especial. Me diste siempre mucha compañía, apoyo, alegría y felicidad. Me enseñaste a querer a nuestro país con profundo amor. Me formaste y guiaste como persona. Transmitiste a mis hermanos y a mí todos tus conocimientos y aficiones; especialmente, sobre la historia, la aviación, los deportes y la tauromaquia. Dios me bendijo al tenerte como abuelo. Te pido como siempre, la bendición y elevo mis oraciones por el eterno descanso de tu alma.

Tu nieto que te quiere mucho.

Miguel Dupouy Gómez.

Caracas, 31 de diciembre de 2017.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo 2018!

Tradicional Pesebre de la familia Dupouy Gómez.

Béisbol Inmortal les desea a todos unas muy Felices Pascuas y un venturoso Año Nuevo 2018.

Que el amor, la paz, unión y trabajo nos acompañen en este transitar hacia un mejor futuro.

Que el Niño Jesús bendiga y proteja a todos sus hogares con mucha salud, alegría y felicidad.

Con un fuerte abrazo,

Miguel Dupouy Gómez


Pueden disfrutar el siguiente video musical con nuestro tradicional Nacimiento familiar:

lunes, 11 de diciembre de 2017

El Béisbol y los Toros

Dos ídolos venezolanos, máximas figuras de nuestro béisbol y los toros: el campo-corto Alfonso “Chico” Carrasquel y el diestro César Girón.

El béisbol y la Fiesta Brava son grandes espectáculos que pueden ser complementarios. Muchos peloteros son buenos aficionados a los toros, así como muchos toreros son fanáticos de la pelota.

La cúspide es llegar a ser figura en su profesión, ser idolatrado y admirado por muchos. Ambas son manifestaciones populares que despiertan una gran pasión. Son profesiones de relativa corta duración, porque para poder llegar hay que ser de los mejores, ya que existe mucha competencia y exigencia tanto física como mental. Hay que trabajar duro, esforzarse, ser disciplinado y entrenar arduamente, día a día, para lograr la perfección.

Las dos actividades son lucrativas y permiten la movilidad social. Muchos peloteros y toreros provienen de los estratos más humildes de la población; sin embargo, de tener éxito en sus carreras, pueden obtener todo lo que desde pequeño soñaban.

Existen diferencias y similitudes entre el béisbol y los toros. La una y la otra son profesiones tienen que contar con “un maestro” en sus inicios para aprender aquellos detalles que son importantes de tener presentes. El aprendizaje y la técnica, resulta fundamental para su buen desempeño y desarrollo.

En el béisbol se debe tener una persona que guíe y lleve la carrera del pelotero como son los agentes especializados para realizar negociaciones y cumplir con las exigencias del representado; en el toreo se les llama apoderados, los cuales deben velar por el bien del matador de toros y su relación con los empresarios de las plazas para ser contratado.

Arriba: El cronista taurino “Pepe” Cabello, el campo-corto venezolano Alfonso “Chico” Carrasquel y el joven matador de toros de Charallave, “Joselito” Torres. 1953. Abajo: El diestro venezolano “Joselito” Torres y Miguel Dupouy Gómez en el Cortijo “Santa Marta”.

Portada de la Revista “Venezuela Deportiva” con la imagen del torero venezolano “Joselito” Torres. 1953.


Se tienen ciertos “rituales” a la hora de vestirse, de entrar al terreno o a la plaza. Hay introspección, momentos consigo mismo, expectativas, “miedos” a no estar bien o cumplir, presiones, etc.; sin embargo, al traspasar las rayas de cal en el diamante del terreno de juego o en el redondel de la plaza, se liberan o disipan estas “angustias”.

Para ser pelotero o torero, como en todas las profesiones de la vida, se debe tener una gran pasión por lo que se hace. Se comienza desde niño y se va formando con el trabajo durante la adolescencia, hasta que se es adulto. Tiene que reunir unas condiciones físicas excepcionales, rapidez, reflejos, estética, inteligencia, capacidad de resolver situaciones o adversidades, según las circunstancias del momento. El valor y liderazgo, entre muchas otras cualidades, son indispensables. Adicionalmente, debe cumplir ciertas normas sociales para su buen desempeño como son acostarse temprano, alimentarse sanamente, practicar mucho ejercicio físico y evitar los vicios.

Tienen que tratar de administrar de la mejor manera posible los ingresos percibidos, para poder mantenerse y construir un futuro estable junto a su familia.

Los riesgos existen. Los toreros, cada tarde se juegan la vida en el ruedo ante la cara del toro. Las cornadas recibidas pueden mermar sus facultades; sin embargo, su pundonor, arrojo y gallardía los hacen volver y triunfar. Los peloteros, sufren frecuentemente  lesiones que pueden acortar o terminar definitivamente su carrera profesional; así como también disminuir sus condiciones físicas. Son profesiones agotadoras, de frecuentes viajes, tanto por aviones como por vehículos, expuestos al stress y riesgos adicionales.

Familia Beisbolera y Taurina


Los hijos del General Juan Vicente Gómez, grandes impulsores del béisbol y la Fiesta Brava en Venezuela. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Los hijos del General en Jefe Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, fueron grandes impulsores del béisbol y los toros en el país. José Vicente, Alí, Gonzalo, Juan Vicente y Florencio Gómez. Fomentaron el primer campeonato Nacional de Béisbol de primera categoría en 1927. Fueron dueños de equipos como Gonzalo Gómez con el famoso “Concordia” team conformado por grandes estrellas, que triunfó por primera vez en el exterior ante equipos cubanos, dominicanos y puertorriqueños; y el “Maracay B.B.C.” propiedad de los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez. Así mismo, fueron grandes impulsores de la Fiesta Brava en Venezuela, siendo empresarios, ganaderos y propietarios de plazas de toros en el país.

Grandes peloteros venezolanos han sido buenos y consecuentes aficionados a los toros como: Alfonso “Chico” Carrasquel, Vidal López, Héctor Benítez Redondo, Juan Francisco “Gatico” Hernández, David Concepción, Oswaldo “Ozzie” Guillén, Bob Abreu, Omar Vizquel y Johan Santana, entre otros. Muchos toreros sintieron admiración y fanatismo por el béisbol y sus peloteros como: César Girón y "Joselito" Torres. Una hija del famoso pelotero Luis “Camaleón” García que sufría de ceguera, fue empleada en la taquilla del Nuevo Circo de Caracas para ayudarla.

Excelente gráfica, en la que aparecen en la plaza de toros Nuevo Circo de Caracas, de izquierda a derecha: “Pacorrito”, Héctor Benítez Redondo, Luis Briones “El Chino”, Vidal López, Juan Francisco “Gatico” Hernández y el diestro mexicano Alfonso Ramírez “El Calesero”

Arriba: “El Rey” David Concepción y Miguel Dupouy Gómez en las afueras de la Maestranza de Maracay (Venezuela). Abajo: El campo-corto y buen aficionado taurino venezolano David Concepción, toreando con el capote en la Maestranza de Maracay. (Foto: Gladys C.).

David Concepción es un consecuente aficionado a los toros. Recuerdo que la primera vez que lo conocí personalmente, fue a finales de la década de 1970`s, en el Nuevo Circo de Caracas, cuando fue a ver a su amigo, el torero venezolano Luis de Aragua. Siendo yo un niño, me firmó gentilmente un autógrafo. Posteriormente, hemos coincidido en numerosas ocasiones en la Maestranza de Maracay. Ha asistido a España a ver corridas de toros y es miembro del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida de Maracay.

Oswaldo “Ozzie” Guillén es otro magnífico aficionado a la Fiesta Brava. Ha estado en diversas Ferias Taurinas en Venezuela, Colombia y España, participando en algunos tentaderos. Es gran amigo de los matadores de toros, el francés Sebastián Castella y el colombiano Luis Bolívar.

Arriba: Miguel Dupouy Gómez y Oswaldo “Ozzie” Guillén en la plaza de toros “Nuevo Circo” de Caracas (Venezuela). Abajo: Los grande-ligas Omar Vizquel y Oswaldo “Ozzie" Guillén acompañan, dando la vuelta al ruedo, al torero triunfador, el caraqueño Leonardo Benítez, en el “Nuevo Circo” de Caracas (Venezuela).

Recuerdo que en una ocasión, en el Nuevo Circo de Caracas, luego de una gran faena del torero criollo Leonardo Benítez, Oswaldo Guillén y Omar Vizquel dieron una vuelta al ruedo acompañando al diestro venezolano que había triunfado esa tarde.

“Ozzie” Guillén tiene siempre presente en sus comentarios y su forma de vestir, una gran pasión por los toros. Es un buen cliente de la tienda “El Capote” en Madrid, propiedad de un hijo del excelente matador venezolano Héctor Dona Álvarez, quien tiene un hermoso capote de paseo de su padre, fallecido trágicamente en compañía de su suegro el excelente matador de toros español Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”, enmarcado con la imagen de Nuestra Señora Virgen de Coromoto, decorando internamente su local. Por cierto, que son familia de los hermanos Luis Alfredo, Fernando y Ponty Álvarez grandes narradores de béisbol. Su padre, el “Catire” Álvarez Gallardo y su abuelo “el viejo” don Alfonso Álvarez fueron grandes aficionados taurinos.

El diestro venezolano Héctor Dona Álvarez. 
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

A Omar Vizquel también le encantan los toros y ha plasmado en otra de sus aficiones, como lo es la pintura, algunos cuadros con motivos taurinos.

Dos interesantes imágenes de la máxima figura del toreo, el español Enrique Ponce y el gran pitcher venezolano Johan Santana, gran aficionado a la Fiesta Brava.

Bob Abreu expresó que desde niño y en su juventud deseaba ser torero, en su Turmero natal. El gran pitcher, ganador de 2 premios “Cy Young” en las Grandes Ligas, el merideño Johan Santana, es fiel asistente a las Ferias de Mérida y Tovar (Venezuela), donde en ocasiones se le puede observar en el callejón de la plaza compartiendo con algunos toreros.

La Música en el Béisbol y los Toros

El maestro Billo Frómeta, sonreído, vestido de torero.

En nuestra música, el cantor de Caracas, el maestro Billo Frómeta dedicó muchas de sus canciones al béisbol y a los toros. Como olvidar “Magallanes será campeón” y el bello pasodoble “Nuevo Circo de Caracas”, entre muchos otros.

Recuerdo que estuvimos presentes el día en que Billo vestido con una chaquetilla de torero y con la montera puesta cantó por primera vez esa canción en el histórico coso capitalino, ante un lleno impresionante.

Nuestro máximo representante del Folklore Nacional, Simón Díaz, en compañía de los hermanos Rafael y Miguel Dupouy Gómez, en la Maestranza de Maracay. 1993.

También, nuestro máximo representante del folklore venezolano Simón Díaz, gran aficionado a los toros, dedicó y estrenó su pasodoble “Morenito de Maracay” en la Maestranza de Maracay y cantó el Himno Nacional el día del homenaje a David Concepción durante su retiro del béisbol en el estadio José Pérez Colmenares. Otros grandes cantantes que asistían a los toros eran Alfredo Sadel y “Chelique” Sarabia, entre muchos otros.

Los periodistas y afamados columnistas del acontecer nacional Abelardo Raidi y Omar Lares eran grandes aficionados al béisbol y a los toros, al igual que los cronistas taurinos Leoncio Martínez “Leo”, Carlos Eduardo Misle “Caremis”, "Pepe" Cabello y Víctor José López “El Vito”.

En la fotografía, el buen amigo Pedro Arias, fue un excelente y valiente subalterno que después de retirado del toreo, conquistó innumerables premios como reportero gráfico deportivo, especialmente de béisbol, siendo un furibundo fanático de los Tiburones de La Guaira.

En ocasiones, se utiliza para describir las jugadas de béisbol utilizando la terminología taurina como: “Toreó la bola”, “¡Olé!” (cuando no ataca la pelota de frente), “Le dio una estocada”, “Salió a hombros como los toreros”, “Dio un pase de pecho” (cuando levantó un piconazo), “La atajó de rodillas” o “rodilla en tierra como los toreros”, “Tuvo una mala tarde, como los toreros”, “El matador”, o “Le colocó la puntilla”, entre otras.

En las transmisiones por televisión y radio, Carlos Alberto Hidalgo y Reyes Medina han expresado frases alegóricas al mundo del toro. Juan Vené se inició en el periodismo escrito como cronista taurino. Foción Serrano y la familia del “Pollo” Malpica combinaron su afición al béisbol con los toros. Los cómicos venezolanos “Joselo” y “Toco” Gómez jugaron muchos partidos de béisbol en el famoso torneo llamado “El Béisbol de los Artistas” y asistían frecuentemente a los espectáculos taurinos, al igual que los populares animadores de televisión Renny Ottolina, José Hernández, su hermano Richard Herd y Guillermito "Fantástico” González.

La Belleza Femenina

Miguel Dupouy Gómez y nuestra hermosa Miss Universo 1981, Irene Sáez Conde, en la plaza de toros “Nuevo Circo” de Caracas (Venezuela).

La belleza de la mujer venezolana no escapa de asistir a las plazas de toros y a los estadios. Irene Sáez Conde, nuestra Miss Universo 1981, engalanaba los palcos del Nuevo Circo de Caracas. Recuerdo que cuando ganó el concurso de la belleza mundial, el animador Bob Barker le realizó una graciosa pregunta: si le gustaba el béisbol. Ella contestó afirmativamente que era fanática de los “Rojos de Cincinnati”. Luego Barker le preguntó: si conocía a George Steinbrenner y pensando su respuesta la venezolana en forma ingenua y dulce repreguntó ¿El pitcher?, sonriendo y quedando muy graciosa la entrevista, siendo muy aplaudida por el público presente en el certamen. George Steinbrenner era el famoso dueño de los Yanquis de Nueva York. Otras misses que asistían a las plazas de toros eran Susana Duijm, Miss Mundo 1955; “Pilín” León, Miss Mundo 1981 y Alicia Machado, Miss Universo 1996, entre otras.

El presentador Bob Barker realiza las preguntas de rigor a nuestra bella representante, Irene Sáez Conde, en el Concurso de Belleza Miss Universo 1981.

Comparto con los amables lectores, a continuación, un extracto del libro “Toros y Toreros en Venezuela”, escrito por Francisco Betancourt Navarrete “Pepe Hule”, de 1930, que incluye una simpática visión entre la Fiesta Brava y el Béisbol en esa época:

Toros y Base-Ball

Estoy aterrado, aterrado, aterrado. Yo que tan aficionado era a los toribios estoy completamente, definitivamente aterrado.

A las últimas corridas que he asistido el público es escaso y me pongo a meditar:

-¿Qué pasará en Caracas?

Un tercio a mi lado en el último festival parece que me adivina el pensamiento y me dice:

-¿No le parece a usted, Monroy, que los peloteros están acabando con el festival ibero?

Verdaderamente mi tercio tiene razón. Así es la verdad. Desde que la furia del base ball se ha metido en forma tan triunfal en nuestra tierra, vemos como mengua, día por día, las entradas a los tauródromos.

Mi interlocutor, que es un tercio alegre y cordial, continúa diciéndome:

-Mire, Perico, si siguen así las cosas, Sananes y Julio van a tener que meterse a beisbolistas.

-¿Y qué cree usted que puedan jugar nuestros diestros?

-Yo pondría a Julio como pitcher y a Sananes como cátcher.

-¿Le parece a usted que puedan hacer algo?

-Si se esmeran en el deporte de base ball como en el de los toros tendremos dos fenómenos. Quien sabe que Babe Ruth en agraz y qué Luque en perspectiva.

Y mientras mi amigo habla, habla hasta por los codos, yo pienso en la verdad triste de esa realidad. De seguir así las cosas, llegará el día en que los toros reciban la puntilla definitiva de los peloteros.

El base ball ofrece siempre interés, creciente interés, y tratándose, como en la actualidad de un campeonato nacional, cada match constituye un encuentro emocionante en que los partidarios de uno y otro centro se emulan en ditirambos y en bollos para su amigo o su enemigo accidental.

En cambio los toreros cada día parece que se aflojan más. Mientras más meses pasan, la fiesta española va tristemente a su ruina, pues los arlequines, los únicos llamados a levantarla, no piensan sino en los famosos contratos y en los millares de pesetas que han de conseguir todos los años.

Los cronistas españoles se quejan de que el foot ball va a acabar con los toros. Por acá va a ser el base baIl. El Tío Sam está imponiendo su juego viril y desgraciadamente de continuar así las cosas llegará un día en que la gente ignore completamente lo que es una verónica.

El otro día me metí en casa de unas amiguitas de La Pastora que eran sumamente aficionadas a los toros. La mitad de ellas, cuatro lindas muchachas perdidas admiradoras de Julio Mendoza; las otras cuatro, decididas partidarias de Eleazar Sananes. El padre y la madre dividían sus opiniones: el papá, sananista y la mamá, mendocista.

-¡Hola, Perico! ¿usted por acá?

-Desencantado, niñas, desencantado.

-¿Por qué esa tristeza, Monroy?

-Se está acabando mi gran fiesta.

¿Cuál?

-Los toros.

-¡Mejor, Monroy, mejor!

-¡No, hombre! ¡No digan eso!

-Sí lo decimos, sí lo decimos y sí lo decimos.

-Pero no parece que fueran ustedes las mismas de hace un año.

-No somos. Es que los toreros nos han desengañado profundamente.

-Hombre.

-Como lo está oyendo.

-Y también los criollos.

-¿Eleazar y Julio?

-Sí.

-Esos más que nadie. Son un par de criaturas sin ninguna clase de vergüenza, Monroy. Ahora nos descacharramos por el base baIl.

Y unas comenzaron a hablar bien del "Royal" y mal del "Magallanes" y viceversa. Cuando vi que la cosa se iba poniendo fea, inicié la retirada en orden.

-No se vaya, amigo. Diga. .. ¿cuál club le gusta más?

-Señoritas...

-Pero viendo aquellos ojos de fieras, no me atreví a decidirme por ninguno y repuse:

-Señoritas, no sé nada de eso.

-Hágase royón, Monroy...

-No, no, magallánico...

-Nunca.

-Royón, jamás.

Ya se iban a caer a ciruelazos las niñas, cuando, providencialmente, llegó por la puerta del foro un novio de una de ellas. Ante la aparición de don Juan se calmó el torbellino y aprovechando tan linda ocasión hice mutis.

Y como mis lindas amiguitas, estamos la generalidad de los caraqueños.

Si los señores empresarios quieren imponer su cosa, tienen que echar una pujada gorda.

Perico A. Monroy.

(Libro “Toros y Toreros en Venezuela” de “Pepe Hule”, año 1930).

Gracias a Dios, ambas aficiones no se han extinguido en Venezuela, continúan brindándonos alegrías con el pasar de los años. La aparición de las figuras del toreo y grandes peloteros, acrecientan la llama del disfrute y la pasión por ambos espectáculos.

Miguel Dupouy Gómez.