Portada del famoso libro autobiográfico "Charlie Hustle" sobre la vida de la leyenda del béisbol Pete Rose, escrito en forma conjunta junto al periodista Bob Hertzel y publicado en 1975.
Hoy quiero compartir con los amables lectores, un extracto del libro
titulado "Charlie Hustle" La Vida de Pete Rose, escrito por
Pete Rose y el periodista Bob Hertzel, que fue publicado por la Revista "Deportes",
el año 1979, y que conservo en mis archivos de béisbol. Así era como apodaban a
Pete Rose "Charlie Hustle".
Allí, la gran estrella Pete Rose, nos describe en una especie de diario,
parte de sus vivencias, que nos permitirán entender muchas de sus acciones,
curiosidades, interioridades y vicisitudes por las que tuvo que enfrentar para
llegar a ser el pelotero que jugaba con fogosidad, ímpetu y calidad para llegar
a ser considerado como el mejor de su generación.
Sin más preámbulos, a continuación reproduzco un extracto del interesante
libro que relata parte de su vida:
La Vida de Pete Rose
El Béisbol hay que jugarlo como Hombres.
Es conocido como "Charlie Hustle", pero es algo más que un jugador de béisbol rápido y admirado como su apodo lo indica. Es una leyenda. La gente no va a ver el juego, sino a verlo a él jugando.
Nueva York. 24 de Febrero.
Esta era la noche que Nueva York estaba esperando. Era la noche de la
cena de los escritores sobre béisbol, en Nueva York; un evento que iba a reunir
a Mickey Mantle, Joe DiMaggio, Whitey Ford y Willie Mays.
También nos íbamos a reunir Bud Harrelson y yo. Era nuestro primer
encuentro desde aquel día en octubre de 1973 cuando peleamos en la segunda base,
en el Shea Stadium, en el tercer juego del playoff, que por cierto lo ganaron
los Mets.
Estaba en el banquete del Hotel Americano, para recibir el premio del
Buen Muchacho, otorgado por los escritores de Nueva York. No era broma. A ellos
les gustó como me manejé en medio del problema con Harrelson y les gustó
también el yo haber sido siempre honesto y asequible para con los reporteros. La
parte graciosa era que escogieron al propio Harrelson para que me entregara el
premio. Se suponía que eso iba a ser muy divertido y yo tenía que quedar bien
en este momento.
Tan pronto como vi al pequeño shortstop de los Mets, me levanté, lo
abracé y le planté un gran beso. Esto era lo preciso, hubo risas, pero demostré
que yo no estaba furioso con Bud Harrelson y que nunca lo había estado.
No voy a disculparme por todo lo que pasó durante el playoff de 1973. No
me arrepiento de nada. No me arrepiento de la manera como me deslicé duro hacia
Harrelson para impedir un doble play. Lo que siento es que eso no inspiró a mi equipo
en el partido y dos días después ganaron los Mets de Nueva York. Jugué como se
supone que debe ser jugado el béisbol; no iba a comportarme como una chiquilla.
Se supone que debo darle a mis aficionados el pago del dinero que invirtieron y
jugar duro. Todo eso es parte del béisbol, pero yo salté y golpeé a Bud con el codo,
accidentalmente. Bud me gritó: "Gran carrizo, me pegaste con el codo".
"Vete de aquí", le dije loco con el
score y el doble play. Vi que se venía hacia mí, pero yo no quería pelear; le
hubiera podido dejarlo en el suelo, porque yo aprendí desde pequeño que si vas
a pelear debes dar el primer puñetazo; si mi padre hubiera estado vivo me habría
regañado por no haberle dado inmediatamente una buena paliza, pero yo no estaba
furioso contra Bud ni quería problemas, tampoco quería que él me golpeara, entonces
hice lo que me pareció más conveniente, lo sostuve fuertemente. De repente me di
cuenta de que estábamos en medio de la defensa de los Mets, en segunda base,
entonces pensé que lo único que podía hacer era tirar a Bud contra el suelo y así
lo hice, pero, sentí un fuerte golpe en la espalda, un puntapié o un puñetazo.
Lo único que supe fue que el replay mostraba a Wayne Garrett allí y adiviné que
había sido él. Los bancos estaban vacíos y los bullpens corrían hacia la segunda
base. Jonnny Bench estaba allí sacando a la gente. A mí me sostenía Ted
Kluszewski, quizás el nombre más fuerte del mundo, no me podía mover estaba en
buenas manos.
Pensé que todo había terminado, pero vi que Pedro Borbón, nuestro pitcher
golpeaba a Buzz Capra, uno de los Mets sucede que Borbón es de muy mal carácter
y se puso la gorra de Ios Mets, la de Cleon Jones. Borbón me dijo después: "Me
puse la gorra y no supe lo que pasó". Tuve que reírme porque yo sí
supe lo que pasó. Se quitó la gorra, la destrozó con los dientes y la tiró al
suelo pedacito por pedacito, a todas estas. Jones el dueño de la gorra iba tras
él recogiendo los pedazos de su gorra.
Todavía no terminó el zaperoco. Los aficionados estaban como locos,
tirando al campo todo lo que podían; una botella de whisky me pegó en la cabeza
y a Gary Nolan lo golpearon en la cara con una lata de cerveza a medio llenar.
Sparsky Anderson, nuestro manager, sacó el team del campo; empezó a dar noticias
para aquietar al público, fue peor; Chub Feeney, el Presidente de la Liga
Nacional, corría de aquí para allá. Finalmente se mandó una delegación de paz y
los Mets enviaron a Willie Mays, Tom Seaver, Cleon Jones, Rusty Staub y Yogi
Berra. Al día siguiente decía Red Smith, columnista de deportes en el NEW YORK TIMES:
"Berra era un Kissinger en pantalones cortos".
El niño Pete Rose, siendo "La Mascota" del equipo de fútbol americano semi-profesional de su padre.
Por fin se logró la paz, aunque todo el mundo estaba preocupado el
umpire me mandó para el center field. Yo estaba angustiado, imagínense,
nosotros jugando por el gallardete de la Liga Nacional y me sacaron de mi
posición. Pensaron debilitar a los Rojos de Cincinnati por la conducta de los aficionados.
Pensé: este no es el modo.
Perdimos el juego y los aficionados estaban furiosos, el playoff iba 2-1.
Los Mets querían que Harrelson y yo nos diéramos la mano en el cuadrangular. No,
eso hubiera sido un desastre. Allí estábamos para ganar. Este juego estará siempre
en mi memoria, porque yo no jugaba solamente contra los Mets, sino contra toda
la ciudad de Nueva York. Había 53.000 aficionados vitoreándome cuando con un
hit en el duodécimo inning ganamos el juego; de todas maneras perdimos el
playoff y el último juego fue una nota triste. En el noveno inning tuvimos que
detener el juego dos veces: la gente sacó a los propietarios de sus asientos.
Lois Ballou, esposa del doctor del team fue golpeada, a Ann Buse la halaron por
los cabellos. Cuando el juego terminó yo estaba en base, todos temieron por mi
vida, pero llegué a la cueva a salvo corriendo a través de la gente que había
invadido el campo. Bench había armado a todos mis compañeros con bates para que
acudieran a rescatarme si se hacía necesario.
Así, pues, la temporada terminó con violencia, y llamando a Pete Rose,
el gran fanfarrón. ¿Qué me reservaría el 1974?
Tampa. 27 de Febrero.
Bob Howsam, presidente de los Rojos de Cincinnati, sentado enfrente de mí,
separados por su gran escritorio. Me dijo: “Nunca pensé que le ofrecería a
un hombre 150.000 dólares por jugar béisbol para mí".
No jugaría por esa cantidad, yo quería un contrato por 160.000 dólares,
no del todo malo para un rudo muchacho de Western Hills, área de Cincinnati.
Me gustaba Bob Howsam, aunque había tenido ciertas dificultades con él
en otros tiempos. Dos veces había tomado lo que merecía, eso no le gustaba,
pero en béisbol hay que hacer lo que se puede, nunca se sabe lo que está al cruzar
la esquina. Me acordaba cuando en 1972, cuando me dijeron lo importante que era
firmar el contrato para los Rojos en la próxima temporada, y ya Gary Nolan me
había dicho haberlo firmado. El año peor fue el 1971. El año anterior yo había hecho 205 hits, 120 carreras y 15 cuadrangulares. Había roto los récords en Cincinnati
y era la Gran Máquina Roja, mientras gané un premio. Por eso me imaginé que
merecía un ascenso grande, pero no hubo ningún aumento. Me puse terco, porque
quería mejor salario y las cosas se pusieron desagradables. Llegó al punto de
que hice una llamada con mi agente consejero Hy Ullner, pero me contestaron de Florida
que tenía que ir él personalmente.
Conseguí el aumento, decidieron dármelo de acuerdo con el costo de la vida,
basado en lo que un jugador promedio podría hacer en las Grandes Ligas todo
esto es pasado, ahora soy un hombre de Bob Howsam, y que gran presidente ha sido
para los Rojos! En 1973 tuvimos más de dos millones de partidarios, lo que es
una impresionante estadística en la historia del béisbol; además Cincinnati no es
una enorme ciudad. Bob ama el juego y sufre si baja su popularidad.
Se preocupa mucho por el asunto salario: no cuando se refiere a Johnny
Bench, a Joe Morgan, a Tony Perez ni a mí que ganamos cantidades de seis cifras
cada uno, pero él piensa que esta tendencia puede acabar con el juego. Él no
cree en contratos de varios años porque piensa que si el jugador es bueno vale
la pena contratarlo de nuevo, pero si no sale bueno, lo mejor es dejarlo.
Siempre le hablo claro a Howsam, él aprecia mi facilidad para dirigir. Una
vez me invitó a su hotel para desayunar, allí hablamos de qué se podría hacer
para ayudar a Sparky, y también para aseguramos que Danny Driessen, estuviera
contento con su contrato ya que era bueno por sus hits, quería estar seguro de
que Danny no se volviera un problema.
Dos fotografías del niño Pete Rose aprendiendo a jugar béisbol. Tenía 7 u 8 años cuando ya podía batear la curva.
Tampa. 28 de febrero.
Cuando me levanté esa mañana vi que en el periódico decía: “Pete Rose
firma por 158.000 dólares". Rápidamente me fui al diario a ver a Jim
Selman y le dije: ¿Por qué me estás rebajando el sueldo?
Yo había conocido a Selman hacía tiempo. Empezamos a hablar del pasado; cuando jugué en Tampa en mi segundo año de pelotero y fue un récord del cual todavía estoy orgulloso: hice 30 hits triples, dos cuadrangulares y dos triples más en el playoff. Selman me preguntó ¿Cómo puedes recordar tan bien lo pasado, después de haber firmado un contrato por 160.000 dólares, como me cuentas hoy? Muy fácil, respondí, es muy difícil olvidar cuando ganaba cuatrocientos dólares al mes y tenía solamente dos pantalones y tres pares de medias. Sin embargo eran días buenos; recuerdo cuando gané el campeonato de la Liga de Florida y nuestro propietario decidió darnos algo para recordar ese día; nos regaló un yesquero a cada uno, y yo ni siquiera fumaba. Siempre había bromas, juegos, y risas, todos se mezclaban, estrellas y reservistas.
Los Rojos son un team grande y feliz. Por esa razón yo nunca pensé en "arbitración" para mi contrato. Naturalmente que lo
haría si no llegaba a un acuerdo con la compañía. Yo no pensé en arbitración
porque podía lastimar al team; pero para muchos jugadores era muy necesario. Por
ejemplo para Don Gullet, nuestro joven lanzador; a él no le gusta argumentar
acerca de sueldos, se consiguió un agente y el resultado fue un buen aumento;
si hubiera estado solo hubiera firmado por menos; lo mismo Tony Pérez, consiguió
el mismo agente, Jerry Kapstein y logró un contrato de seis cifras.
Empezamos nuestros ejercicios y te digo, que no son fáciles. Algunos
clubes trabajan hora y media y se van para su casa. Pero los Rojos de
Cincinnati, trabajan hora y media y después van a practicar. Siempre le digo a
Sparky que es "El Exorcista" porque nos saca el diablo; a él
le gusta eso.
Mis piernas rápidamente se pusieron duras y doloridas, empecé a pensar
que me estoy poniendo viejo. Pero luego hay tiempo para divertirnos y bromear.
Empezamos a hitear. Para eso es que yo vivo, aunque sé que mis manos se pondrán
duras y con vejigas dolorosas, pero amo esa clase de dolores.
El Club Cívico de Sedansville de la Liga Cincinnati Knotobole. Pete Rose es el cuarto, de la última fila de atrás, empezando por la izquierda y el último de la derecha de la fila de enfrente, es mi amigo vecino Eddie Brinkman.
Tampa. 2 de marzo.
iDiablos! grité con todos mis pulmones, salí de la jaula de bateo, con
gran dolor en una pierna.
Dick Baney practicaba el lanzamiento, tiró fuertemente de un lado, la
pelota eludió al bate, y viajó directamente hacia mi espinilla derecha, golpeándome
con todo el impacto de un martillazo.
Sentí que se iba el dolor, tenía la pierna hinchada, me volvió a doler
terriblemente.
Un aficionado me gritó: "Ponle hielo", eso era lo que
me faltaba, y furioso le dije: "Tú crees que eso es lo que debo hacer, ¿Qué
te parece si me froto con sucio?" Yo estaba tratando de ser sarcástico,
pero él no me entendió, el doctor del team fue quien me respondió: "No
es mala idea, sobre todo si es pantano húmedo".
Fui cojeando hasta la casa del club y seguí las indicaciones del médico.
Me pusieron hielo y ya quedé fuera de juego todo el día. Ironías del destino,
cinco minutos antes, vi a Dave Concepción que venía con un tobillo roto y a Joe
Morgan que tenía algo en el talón, entonces dije a Sparsky: "Somos el único
team de béisbol que trabaja con doble play, tenemos un short-stop con el
tobillo roto y un segunda base con el talón enfermo"; ahora tenía que
pedir espacio para mí también.
Tampa. 3 de marzo.
Tony Pérez asomó la cabeza por la posada del Rey Arturo y mostrándome
una caja de JB me dijo: "Ahora estoy listo para el entrenamiento de la
primavera". También los jugadores de béisbol necesitan de cuando en
cuando, su relax.
Tampa. 4 de marzo.
Estaba sentado en un bar con un reportero fotógrafo, hablando con el
mesonero, cuando llegó un tipo a saludarme. Como siempre me estaban saludando
no puse atención, pero de repente me di cuenta, lo reconocí; cuando yo era un chiquillo
que jugaba en Tampa. Tommy tenía un bar en el Hotel Hillsorough. "Tommy.
¿qué pasa? ¿dónde estabas?".
"En la cárcel por cinco años", me preguntó entonces por mis compañeros de aquel entonces, Tommy Helms
y Art Shamsky Empezamos a recordar te acuerdas cuando Shamsky y yo no podíamos
pasar por el vestíbulo del hotel porque estaba allí el director y nos fuimos por
la escalera de incendio. Alguien nos oyó y creyendo qua eran ladrones gritaban:
"Párense o disparo y nos paramos". Entonces nos llevaron frente
al director y nos dijo: "No los botó del béisbol porque lo que estaban
era robando, vayan a dormir!!".
Este fue mi año de novato en 1963, cuando yo hiteé el jonrón contra los Mets que le dio a Jim Maloney su vigésima victoria en Polo Grounds, en Nueva York.
Tampa. 5 de marzo.
Estoy cansado de hacer mis ejercicios y de protestar. "Oakland no
hace esto", grité y Larry Shepard, nuestro coach de lanzamiento vino y
me dijo lo maravilloso que eran los ejercicios.
¿Tú crees que estás cansado? me gritó Johnny
Bench, tendrías que estar conmigo todo el día para saber lo que es cansancio:
práctica de bateo, correr, ejercicio, calentar los lanzadores... Respondí, quizás
me cansaría si te siguiera por las noches.
Clay Carroll hace su trabajo próximo a mí, y cuando él esta cerca hay
que reírse. El apodo de Carroll es Halcón y basta mirar su cara para
saber por qué lo lleva. No es un intelecto. Viene de una granja de Clanton,
Alabama, pero tiene el brazo con un cociente intelectual de 160.
Tommy siempre se estaba metiendo con Clay; cuando Clay compró un carro,
Tommy dijo “Clay Carroll con un Continental es como ponerle zarcillos a un cochino",
otra vez que Helms había hecho un memorable hit, Clay y otro amigo decidieron
poner una gran X con adhesivo donde había sido el hit; cuando Helms lo vio dijo:
"Tiene que haber sido Clay, porque veo su firma".
Tampa. 6 de marzo.
Cuando estábamos en los entrenamientos de Primavera, permanecíamos en la
posada del Rey Arturo. Allí habíamos estado por 10 años. Es un lugar agradable.
Teníamos dos cuartos, una cocinita. Esta vez traje a mi esposa Karolyn, mis dos
hijos Pete de 4 y Fawn de 10 y mi suegra, quien probablemente fue quien más gozó
de todos nosotros.
Después de la práctica estaba jugando con Pete, a quien llamo Gugüi, no
me pregunten por qué. Mi hijo con un bate es feliz; pero yo no pienso empujarlo
a ser jugador de béisbol, que sea lo que él quiera; pero yo se lo estoy enseñando
y a él le gusta. El sabe hacer un hit mejor que cualquier muchachito de 4 años.
Yo estaba lanzando y Pete bateando, cuando Joe Bowen, un scout de los Rojos que
venía hacia el hotel dijo: "¡Diablo! ¿Quién es ese muchachito que lo
hace tan bien?" Perdónenme si tengo un poco de orgullo paternal, debe
ser igual al que mi padre sintió por mí.
He enseñado a Gugüi a usar la mano izquierda porque él es normalmente
diestro y le seré muy fácil cambiar si aprende a usar la zurda. Esto es una
gran ventaja y le doy las gracias a mi padre por haberme enseñado a usar las
dos manos. Allá por los años de 1950, cuando yo tenia 9 años y estaba organizando
mi primer team, él le dijo a mi manager: Quiero que aprenda a manejar la zurda
igual que la diestra. Así en 1973 fijé mi récord con 181. El récord del mayor número
de hits por un zurdo lo tiene Frankie Frisch.
Izquierda: Pete Rose junto a su padre; él fue quien lo enseñó a batear hits. Derecha: Pete Rose en el entrenamiento básico en el Fuerte Knox en Kentucky, en Novimembre de 1963, cuando supe que había sido nombrado el "Novato del Año" de la Liga Nacional. El sargento de mi pelotón Lester Axsom.
Tampa. 7 de marzo.
El entrenamiento de Primavera es una cantidad de cosas para una cantidad
de gente, ¿para mí? Me concentro en trabajar... duro. Me encanta llegar a mi
casa, al final del día, cansado; con mis manos doloridas de batear, con mis piernas
doloridísimas. Me doy cuenta que no me he dejado vencer. Mi esposa y mis hijos
nadan y a veces vienen a ver los juegos, al pequeño Gugüi le encanta.
El trabajo es muy duro, pero tiene que serlo. Estamos entrenando para
una temporada de 162 juegos. Para llegar arriba, hay que estar en forma. Por lo
general, después del trabajo, nos juntamos tres o cuatro y nos vamos a Florida Downs
a ver las carreras de caballos; otras veces vamos a las carreras de perros o al
jai alai. Lo fastidioso es cuando la gente no nos deja estar solos.
A veces estoy entusiasmado llevando a un perro que va al frente, bueno,
realmente lo más cerca que he llegado es de cuarto; pero llega alguien y me dice:
"Hola, ¿tú eres Pete Rose, no? —Sí, respondo— Entonces dime ¿cómo
haces esos deslizamientos que me gusta tanto ver? ¿Te lo enseño aquí o en
el concreto? —No, fírmame mi programa y cuando me doy cuenta ya son varios
y no puedo seguir con mis carreras.
Otros jugadores hacen fiestas con sus familias, o juegan golf; yo no
tengo paciencia para jugar golf, me gusta el tennis porque tiene bastante acción.
Sin embargo, gané en el golf contra John Havlicek de los Celtas de Boston.
Después de 8 hoyos, John tenía 54 y yo 55. En un hoyo, caí en el agua y la bola
se fue al otro lado, de manera que para el final yo estaba retrasado y se jugaban
doscientos dólares. No sé como hice, pero le gané por dos golpes.
En tennis también le gané a Karl Schranz. Se suponía que él era mejor, porque
yo solamente había practicado tres meses, lo mismo sucedió con Jim McMilliam el
gran jugador de basketbol de los Bravos de Bufalo. Estuve bien en levantamiento
de pesas y muy mal en natación, cuando terminé ya todo el mundo había salido de
la piscina, sentí que todo me daba vueltas como en una fiesta de Año Nuevo en
Nueva York.
Bradenton. 9 de marzo.
Danny Driessen hizo dos hits hoy,
cuando le ganamos a los Piratas 4-2. Pero esto no es raro, casi todos los días,
Danny hace 2 hits. Creo que es el mejor de los jóvenes bateadores. El año
pasado hizo 409 hits; en lndianápolis cuando lo llamamos y luego hizo 301 para nosotros.
No es malo para un muchacho que viene de no se sabe dónde. Nunca jugó béisbol en
su escuela; dice que su hermano mayor Bill es el mejor jugador de pelota.
La manera como entró Danny en los Rojos es muy graciosa; sucedió que un
maestro de escuela de Hardeeville, Carolina del Norte, a
En un ventoso día de Enero de 1964, en la iglesia de St. William en Cincinnati, Karolyn Ann Engelhardt se volvió la señora de Pete Rose.
Tampa.12 de marzo.
El otro día, cuando jugábamos contra los Piratas, estaba yo junto al
cuadrangular. Danny Murtaugh, el manager de Pittsburgh botaba un salivazo de
tabaco. Una escritora de lndianápolis, Susan Lennis, se puso a hablar con él.
Escupió su jugo de tabaco entre los pies de ella, sin ensuciarla ni con una
gota. Eso se llama exactitud. Mascar tabaco es actualmente un arte perdido. No
se encuentra en las Grandes Ligas nadie
que lo haga. Yo no lo hago tampoco. Pero tenemos algunos que sí, que empezaron
cuando Ted Uhlaender nos vino de los Indios de Cleveland. Éste amaba su tabaco;
siempre tenía su tabaco en la boca. También tenemos a Alex Grammas, nunca
escupe, quién sabe qué hará con el jugo, lo mismo Bench y Andy Kosco, pero éste
tiene un gran problema, no puede batear con su mascada en la boca; así, cada vez
que Sparky le dice que es su turno, un poco de saliva de tabaco sale de la
cueva, y ya todos saben quién va a ser el bateador.
Don Lock de los Filis de Filadelfia, siempre tiene una mascada en su
lado izquierdo; el otro día recibió un pelotazo y el doctor dice que fue el
tabaco el que lo salvó de un daño más serio. ¿Quién dice que el tabaco es dañino
para la salud? No. Don Lock, ciertamente.
Tampa. 14 de marzo.
No he practicado suficiente bateo últimamente. Una cantidad de jovencitos
están haciendo hits. Un día le dije a uno de ellos: "No trates de
abarcar todo. Fíjate en mí" entonces hice un hit a la izquierda, otro
al centro, otro a la izquierda. "Todo está en nuestras manos, usa tus
brazos"; observé que no me estaba poniendo atención. Todo el tiempo
que estoy haciendo hits, estoy hablando y enseñando. Un grupo de las ligas
menores oyen siempre con atención, pero no el muchacho a quien estaba hablando.
Finalmente él le pregunta a uno de los muchachos que había venido a oírme: ¿Quién
es ese? Ese es Peter Rose le contestan. Entonces empezó a poner mucha atención
y a preguntarme. Eso me hizo sentir bien. Me parece que he ayudado a este joven
y quizás a los Reds de Cincinnati.
Gary Peters y yo tuvimos algo en común en el entrenamiento de Primavera en Florida, 1964; trofeos que nos designaron como los Novatos del Año de las Ligas Nacional y Americana. (Foto: Jack Klumpe. Cincinnati Post y Time Star).
Tampa. 17 de marzo.
Gary Nolan no ha lanzado una bola dura en toda la primavera y eso es una
lástima. Cuando él se siente bien, es magnífico en el béisbol. Tenía 12 juegos de
experiencia en las ligas menores cuando vino a las Grandes. No era malo su score
para sus 19 años, pero él se lastimó un brazo. Recuerdo el primer año que
estuvo Nolan con nosotros. Larry Jansen el coach de los Gigantes dijo: "No
puede durar así. Se va a lastimar el brazo. Y así fue, en la próxima temporada
ya le dolía y en 1969 estaba muy mal".
Nolan había luchado duramente para llegar a las Grandes Ligas, en 1970
nos ayudó a ganar el gallardete. Naturalmente su brazo le dolía mucho al final
de la temporada. Valía la pena verlo en 1972, en All-Star ganó 13-2 pero su brazo
iba peor. Terminó la sesión con un récord de 15-5 y un promedio de 1.99 de carreras
permitidas. En 1973 estaba desanimado. Trató todo remedio: inyecciones, píldoras,
calor, ejercicio, se curó un absceso en el diente con la esperanza de mejorar
el brazo, nada. En el invierno pasado, después de lanzar dos veces en 1973, trataron
de matarle el nervio con una aguja eléctrica. Lo único que queda en la cirugía,
pero eso significaría perder un año de lanzador. Gary vino y me dijo: "Pete,…He
estado muerto año y medio y todavía no me han hecho el funeral". Trágico
y tiene solamente 25 años.
Temporada de 1965. Estoy rodeado de izquierda a derecha por Tommy Harper, Vada Pinson, Chico Ruiz y Frank Robinson.
Tampa. 19 de marzo.
Este es el día esperado por todos. Esta tarde en St. Petersburg irán
los Rojos de Cincinnati contra los Mets de Nueva York por primera vez desde
octubre pasado. Tom Seaver lanzará por Los Mets, pero yo no voy a jugar, primero
por mi pierna, segundo, porque quiero trabajar más en el bate y tercero porque
me gusta hacerlo en televisión, es más divertido. Harrelson de los Mets y yo
somos amigos de nuevo, sólo tengo resentimiento todavía contra Wayne Garret, en
este año debo cobrarle el golpe que me dio en la espalda. Estoy esperando ser
el primero cuando Morgan indique la derecha. Lo dejé en la cueva.
Vero Beach. 20 de marzo.
Ya no es marzo todo para mí, jugamos contra los Dodgers e hice tres
hits; esto me hizo feliz, aunque ganaron los rivales 5-3.
Podía haber hecho 4 hits. La verdad es que los Reds necesitan reuniones
porque estarnos cometiendo muchos errores. Hal King no pudo agarrar frío detrás
del plato, Merv Rettenmund y Ken Griffey dejaron una pelota caer entre ellos.
Merv ahora es centerfield, yo lo agarré a un lado y le dije que recordara que
ahora es centerfield. A Ken le falta experiencia en las Ligas Mayores, tiene
talento pero le falta mucho que trabajar; como hoy que estaba en primera base cuando
Dave Concepcion hizo un hit de 10 pisos de alto, Griffey corrió y no miro hacia
atrás. Llegó a la segunda, se paró y finalmente vio la pelota y ya no podía retroceder.
Fue doble out.
Karolyn y la bebé Fawn fraternizan con los jugadores en la primavera de 1965.
Tampa. 21 de marzo.
George Zuraw scout de los Reds es un tipo con quien provoca sentarse a
conversar. Conoce jugadores y puede detectarlos como nadie, uno de los
jugadores de pelota que él detectó hace pocos años era un muchacho llamado Rose.
Estaba en Pittsburgh cuando le recomendaron negociar con Willie Stargell o Pete
Rose. Allí estábamos en las ligas menores Stargell en Asheville, Carolina del Norte
en la Liga Sally y yo en la Liga de Florida en Tampa. Stargell ya lucía como
una estrella y yo como un niñito que sólo tenía rapidez. Phil Seghi mi director
dijo que yo no podía lanzar, ni batear ni correr, lo único que puede es empujar.
Zuraw vio algo más, vio que yo podría traer mucha gente al parque y que haría
una gran cantidad de dinero en el béisbol.
Esas son las palabras que hacen bien y también lo hacen sentirse a uno
un poquito viejo. Especialmente cuando yo vuelvo la vista hacia atrás, hacia el
momento en que firmé mi primer contrato con los Rojos, yo era lo que se puede llamar
un riesgo.
Hice el bachillerato en cinco años, porque jugué toda clase de deportes,
cuando terminé el segundo año, me pareció que mejor que ir a la escuela era
jugar fútbol y béisbol; yo era un muchacho muy delgado, y quizás no me habrían aceptado
los Rojos, pero mi tío Body Bloebaum habló con Phil Seghi. Me fijaron 7.000 dólares
para empezar y otros 5.000 dólares si duraba 30 días en las ligas mayores.
Tampa. 22 de marzo.
Duermo muy bien. Estaba en uno de mis mejores sueños después de haber
terminado nueve innings contra los Phillies, cuando repicó el teléfono; era un
amigo, no un amigo íntimo, pero sí uno de mis compañeros de la Posada del Rey Arturo
quien me participaba que había sido hecho prisionero por manejar ebrio y
necesitaba 500 dólares que tenía en su casa, pero que no podía buscarlos. Me
levanté y me fui con Buddy, el portero. Por si acaso era una trampa y me acusaban
de ladrón, conseguí el dinero y lo saqué de la cárcel. Volví a acostarme,
afortunadamente al otro día llovió mucho y no jugamos. Me fui a las carreras de
caballos en Honda Downs, un poco expensiva la manera de pasar el día libre.
Pete Rose sobre Ron Brand, de los Astros de Houston, en camino de un doble-play en Houston, en 1965.
Tampa. 23 de marzo.
Hoy, me desempeñé como hombre de diarios. Un verdadero periodista. Todo
empezó cuando vine del baile con mi esposa. Karolyn se ha vuelto una celebridad,
dando su show de radio, hasta quieren que dé conferencias. Estos dos muchachos
Pete Alexis y Dennis Greulle son de un nuevo deportivo que va a ser semanal en
Cincinnati, y se va a llamar "Los Rojos Alertas". Conozco a los
muchachos; ellos en enero habían hablado con su agente Ann Smith, pidiéndole
que yo hiciera una columna. Ann aceptó, pero quería más dinero del que ofrecían
y no llegaron a un acuerdo. Entonces se dirigieron directamente a mí y así hice
contrato con ellos, voy a hacer una columna sin dinero.
Tampa. 25 de marzo.
Hoy supe que ellos le habían ofrecido a Ann cinco billetes grandes, me puse
furioso, yo tratando de ayudar, les dije ¿Cómo le ofrecieron a Ann 5.000 dólares
y cuando hablaron conmigo no me dieron nada? Llamé a Ann y ella lo consiguió,
el 20% de anuncios y un dólar por suscripción. Todo lo que hago es una columna
semanal. Digo quién debe ir en la portada y cuál de las esposas debe ser
entrevistada.
Orlando. 26 de marzo.
Por poco mato a alguien hoy. Sentí que se me volteaba el estómago y mi
corazón se hundía. Por un instante pensé que había matado a Joe Decker, el
bueno y joven lanzador de los Mellizos de Minnesota. Había un out cuando vine
al plato. Tiré uno por el medio, con gran fuerza. Decker no la vio venir. Pegó
en su cabeza y siguió hasta la cueva de los de Minnesota. Cayó como golpeado
por una bala. Con dos pulgadas más abajo, le hubiera golpeado en la sien y
habría muerto. Corrí a la primera y luego a ver cómo estaba. Estaba consciente pero no sabía qué había pasado. Recordé a
Herb Score, casi perdió un ojo y arruinó su carrera cuando Gil McDougald de los
Yanquis de Nueva York lo lastimó. Quién sabe si sería oportuno mover la goma un
poco más, porque es cuestión de tiempo que alguien salga gravemente
perjudicado.
Lakeland. 27 de marzo.
Vamos en autobús, como en los viejos tiempos en la Liga de Florida; de
Tampa para Lakeland, un juego contra los Tigres de Detroit. Estoy en el frente
del autobús como siempre y en un lado está Andy Kosco. Está muy serio.
Originalmente estaba con los Tigres. Ellos pensaron que iba a ser otro Al
Kaline y le dieron bastante dinero, pero 14 años después, aquí iba a luchar
contra los Tigres. Kosko en realidad, es muy simpático, nunca tiene una palabra
desagradable para nadie y trabaja duro. Estuvo en la Universidad estatal de
Youngson, tratando de graduarse en leyes. Hizo una jaula de bateo en su casa,
tiene una máquina de lanzar, así en invierno, si no está estudiando, está
jugando. "Yo no soy un superjugador y me doy cuenta. Necesito todas las
ventajas que pueda conseguir. Por eso trabajo tanto durante el invierno, creo
que eso me ayudará".
Y en verdad lo ayudó. Hizo 280 hits con 9 entradas al home, después que
regresó, el 15 de junio. Lo pusieron como centerfield un día, yo estaba al
izquierda, puedo correr, no seré un Lou Brock, pero hice 11.2 en la competencia
de superestrellas, pero Kosko estaba en el centro y el rightfielder era Johnny
Bench, eso era contra Pittsburgh y Bob Prince anunciaba el juego por radio y decía
"Rose es el perro de presa de ese outfield".
Entrenamiento de primavera de 1966, después de que Frank Robinson fue vendido a Baltimore, luego de diez temporadas con los Rojos de Cincinnati.
Tampa. 29 de marzo.
La temporada empieza dentro de una semana y casi no puedo esperar. Cuando
pregunto quién va a lanzar por Atlanta me responden que Carl Morton.
Tampa. 30 de marzo.
Sparky siempre logra lo imposible. Puso a Pedro Borbón justamente en el
momento necesario y ganamos. Borbón es todo un carácter, es de la República Dominicana
y tiene el brazo más maravilloso que se pueda encontrar, incluyendo a Mike
Marshall, no cuida su brazo como lo hacen otros y hasta hace de barbero en el team.
Le encanta lucir la fuerza de su brazo, en 1969, en el Fenway Park de
Boston, lanzó una bola hasta la pared del Center Field a más de
Tampa. 1 de abril.
Tony Perez tiene 5 días sin jugar lo encontré sonreído como siempre,
pero cuando le dije: ¿Cómo puede un jugador tan lento halar un músculo? me
respondió una palabrota en español.
Tampa. 2 de abril.
Falta solo un juego para el entrenamiento de Primavera, me encantaría
hacer hoy dos outs; Morgan me dice que no me preocupe que en Riverfront cuando
se abra la temporada será tan diferente como la noche del día. Yo quiero
hacerlo muy bien en esta temporada, parte por el incidente en el playoff y
parte por el MVP, me fastidia que digan que no debía haberlo ganado yo sino
Willie Stargell; además creo que este es el año propicio para los Reds de Cincinnati.
Tampa. 3 de abril.
El béisbol no siempre es un juego feliz, tiene muchos momentos tristes.
Mañana empieza la temporada y vamos a jugar sin Gary Nolan, Joan Hague, Hal King,
Dick Baney. Nolan sigue con el hombro enfermo, Hague y Stahl fueron despedidos,
Hague no entiende por qué el año anterior jugó muy bien; King y Baney se fueron
para India, no entiendo la razón.
Cincinnati. 4 de abril.
Día de empezar la temporada 1974, es el nonagésimo-noveno (99) día de
empezar para los Reds; para Pete Rose es el duodécimo (12). Es más que un día
de juego, es un día de fiesta para Cincinnati, no hay clases, hay bandas musicales
y paradas. Es raro que haya juego hoy, hace unos días hubo un terrible huracán
que pasó por Cincinnati, medio destruyó a Dayton, hubo muertos y propiedades dañadas.
La estrella del día era el N° 44 de los Bravos de Atlanta: Hank Aaron.
Había mucho dinero para pelotas en home-run 714 y 715, ya sabemos que Henry
Aaron golpeó hoy su 714 home run contra los Reds. Lo hizo contra Jack Billingham,
empatando el récord de Babe Ruth; yo también pegué en la pared de concreto, pero
la pelota se fue detrás de la valla; eso no me gustó como tampoco me agradó
nada lo que le pasó a Jack Billingham, porque él sabe lanzar; el año pasado ganó
19 juegos y no merecía ese hit 714 de Aaron. Para empeorar las cosas interrumpieron
en Juego para una ceremonia con Jack perdiendo 3-0.
Presentes en el juego estaban Bowie Kuhn y Jerry Ford, vicepresidente de
Estados Unidos, quien siempre decía: "Si yo hubiera jugado en los
Tigres de Detroit me hubiera labrado un nombre como pelotero, había sido centerfleld
en la Universidad de Michigan y había jugado como tercera base en el team de la
Casa de Representativos". Ford felicitó a Aaron diciendo que era un
gran día para el béisbol.
Hubiera podido ser en verdad un gran día pero fue estropeado porque los
de Atlanta querían hacer un minuto de silencio para recordar el sexto aniversario
de la muerte de Martin Luther King y Dick Wagner el vicepresidente de Cincinnati
dijo que el Club no tenía por qué meterse en asuntos políticos y que los aficionados
habían ido a divertirse y que no lo haría ni por Kennedy, ni por Lincoln, ni
por nadie.
San Francisco. 7 de abril.
Aaron de los Bravos de Atlanta hizo su cuadrangular 715, esta vez contra
Al Downing, tanto Billingham como yo lo vimos por televisión, yo creo que la gente
no se da cuenta de lo grande de ese récord de Aaron. Pensemos que si un tipo
jugara 20 años, tendría que hacer 35 jonrones por año, para llegar a 700, y ¿quién
va a jugar veinte años? Con el dinero que se gana ahora nadie tiene que jugar
tantos años.
San Francisco, 9 de abril.
Hoy estamos jugando contra los Gigantes, ellos tienen a Gary Matthews
como el Novato del Año, eso me recuerda a un rudo y engreído chiquillo que diez
años atrás fue nombrado el Novato del Año: YO.
Mi temporada de novato en las grandes ligas en 1963 fue muy dura; Don
Blasingame era segunda base, después de un juego de exhibición. Fred Hutchinson
me dijo que podía irme, pero Mike Ryba me insinuó que me quedara, así lo hice y
empecé a ganar, pero los muchachos del team no me querían, especialmente Gene
Freese, Eddie Kasko y Bob Purkey; no cuadraba yo en el team porque no era
hombre de saco y corbata; los únicos que me trataban eran Frank Robinson y Vada
Pinson, por eso siento todavía tanto respeto por ellos, me trataron como a un
ser humano. Nunca olvidaré una noche en Chicago cuando me fui a acostar después
de las 12 de la media noche, encontré que Jim Coates mi compañero de cuarto me
lo había cerrado, fui a dormir en el cuarto de Vada, porque su compañero Frank
estaba en Cincinnati. Fue la primera vez que me trajeron el desayuno al cuarto,
costó 12 dólares y Vada los pagó. Al día siguiente no quise decirle nada a Coates,
no quería disgustos, y así fue todo el año. Luego me acusaron de andar con los jugadores
negros solamente y yo le expliqué al propietario de los Reds, Bill DeWitt que
eran los blancos lo que me huían y que para mí, más compañeros no eran ni
negros ni blancos sino personas. Menos mal que a los dos años vinieron jugadores
diferentes como Tommy Helms, Tony Pérez, Chico Ruiz y Dave Bristol.
San Francisco, 10 de abril.
Siempre había oído llamar a esta ciudad, “El País del Oeste",
pero la verdad es que es el lugar más frío del mundo: es casi imposible jugar aquí
con este viento tan fuerte golpeándote en la cara. Antes había grama pero hoy tenemos
sucio que se levanta con el viento; los aficionados envueltos en ponchos y
chaquetas. Increíble que hacia abajo en la costa, la temperatura sería de 86
grados Farenheit. Si quieres tener un buen asiento debes subir unos dos mil escalones,
con razón que la gente que va grita horrores. La gente cree que porque pague puede
hacer lo que quiera, tiran latas de cerveza y de todo, la policía no puede
hacer nada, además no están armados. A mí no me importa que me piten y me silben,
por lo contrario eso me anima. En esta serie hice 5 hits en 13 turnos, lo cual
no es tan malo, con razón Sparky dice que ojalá me pitaran todo el año.
Perdimos 4-3.
Atlanta. 12 de abril.
Hoy supe que la Liga Mundial de Baseball quiere darme 100.000 dólares en
efectivo y 200.000 dólares al año por ir a su team en Columbus. Puede ser una
trampa como le sucedió a Ron Santo; de todas maneras yo no firmaría con ningún
otro team sino por un contrato de tres años; ya en esta fase de mi carrera
busco seguridad; además no quiero dejar a mi team, mucho menos después de haber ganado
hoy 14-
(Extracto del Libro "Charlie Hustle" sobre la vida de Pete Rose, escrito por él y Bob
Hertzel conjuntamente).
Revista "Deportes", Año 1979, Caracas, Venezuela.
Espero que les hayan gustado todas las informaciones que el mismo Pete
Rose confiesa en ese libro autobiográfico de su vida, co-escrito por el
periodista Bob Hertzel, en el año 1975 y desconocidas por muchos aficionados del béisbol.
Miguel Dupouy Gómez.