sábado, 17 de septiembre de 2016

Gonzalo Gómez cuenta la historia del Concordia ante el "Patón" Carrasquel

Gonzalo Gómez junto a su fraternal amigo Alejandro “Patón” Carrasquel, primer Grande-Liga venezolano.

Nunca hubo una concentración de peloteros más importante. Supersticiosos y agresivos, los jugadores de antes jugaban una pelota más caliente.

Para Gonzalo Gómez resulta difícil escoger entre Martín Dihigo y Manuel García “Cocaína”. Ambos eran colosales y él que tuvo oportunidad de ver por buenos años pelota de Grandes Ligas, se muestra seguro de que ambos hubieran encontrado sitio en la mejor historia del béisbol norteamericano.

Gonzalo Gómez señalaba: "Martín poseía extraordinaria velocidad y era capaz de brillar en todas las posiciones. Pero curvas como las de “Cocaína” posiblemente no se hayan vuelto a ver. Además eran peloteros corajudos, de esa clase que jamás acepta con calma la derrota".

En una terraza del Hotel Tamanaco se improvisó prontamente la tertulia deportiva. Allí estaban Alejandro "Patón" Carrasquel, el "Gatico" Hernández, Florencio Gómez Núñez, Juan Vicente Ladera… y los recuerdos quemaban el aire.

El Concordia


Gonzalo Gómez que ahora frisa los sesenta y tiene el cabello cano, pide algo que aclarar. Es la historia que tanto ha rodado sobre sus “ponchadas” a Dihigo.

Gonzalo Gómez narraba: "La verdad es que en La Victoria solíamos organizar “caimaneras” y yo pitcheaba, casi siempre contra Martín Dihigo. Claro, que alguna vez me metió batazos de espanto. Pero casi siempre teníamos buenos files para el caso".

Y recuerda que una vez lo “ponchó, de verdad verdad”, aunque ahora el cubano dijera lo contrario… Pasó los hombres por bolas para pitchearle justamente a Martín. “Dicen que yo poseía una bolita de algodón que hacía daño y el cubano se tragó los tres strikes enteros…Que me desmientan otros”.

El “Patón” Carrasquel sonríe de oreja a oreja y comenta: "Yo jugaba siempre para el equipo del “Coronel”…así no había modo de perder!"

Luego la cosa va en serio y todo el mundo se muestra de acuerdo en que resulta difícil –si no imposible– formar en estos días un equipo como aquel Concordia. Sembró el terror durante las giras que hizo por Santo Domingo y Puerto Rico.

Aparte de Dihigo y “Cocaína”, otras figuras como Silvino Ruiz, Plácido Delgado, Marcelino Blondet “Moncho Brujo”, Pedro Alejandro Sam, “Patón” Carrasquel…defendían el box. En la receptoría estaban el “Pollo” Malpica, Julio Rojo, Francisco Quevedo. ¿Otros peloteros? Vayan anotando: Luis Aparicio (El Grande), Nieves Rendón, César Nieves, Luis Jiménez, Anselmo Pérez, “Tetelo” Vargas, Alejandro Oms, Balbino Inojosa, Emilio “Millito” Navarro…Y como no era suficiente, en Santo Domingo contrataron a Joshua “Trucutú” Gibson y a Johnny Mize!

La idea del Concordia nació del interés de Gonzalo Gómez de levantar el standard de juego. Ahora lo confiesa: “¿Hice mal? No es fácil decirlo. Entonces vinieron al país los mejores peloteros que jamás se habían visto aquí. Todos los jugadores residían en La Victoria junto con sus familiares y no tenían otro norte que el oficio”.

Conviene en que los otros equipos no podían hacer lo mismo, pero recuerda que igualmente ayudaba económicamente a los contrarios. Al Santa Marta de La Guaira, al Deportivo Universitario. Del bolsillo generoso del “Coronel” salía la paga de muchos jugadores extranjeros contratados por los otros equipos.

Así surgió la rivalidad con el Royal, al que Concordia cedió nada menos que a “Tetelo” Vargas, el dominicano que corría como un gamo y quien una vez le dio a ganar a Carrasquel cincuenta dólares cuando en Puerto Rico lo enfrentaron a Ortiz, atleta velocista, campeón de los cien metros. “Tetelo”, con el uniforme puesto y zapatos de spikes, le ganó a Ortiz justo en la cinta. La anécdota la cuenta el propio Carrasquel.

“Buchi Pluma No Más”

El “Coronel” Gonzalo Gómez habla ahora de las hazañas del “Patón” y declara que pocas veces admiró tanto a un pelotero.

Gonzalo Gómez señaló: "El “Patón” pitcheando para el Royal le ganó varios juegos al Concordia y una vez estuvo a punto de lograr a nuestra costa la hazaña del “no hit no run”, pero Balbino Inojosa, con dos outs se encargó de estropearlo todo con un hit que nos llegó al alma…".

Fue cuando al “Coronel” se le ocurrió la idea de colocarles en el pecho del uniforme a sus jugadores del Concordia el mote de “Buchi Pluma, no más”…

Por cierto que aquella vez, apunta Carrasquel: "Salieron a ganar y yo fui la víctima. Perdí por primera vez después de ganarle once consecutivos y el catire Maal se echó a llorar..."

Es que entonces la pelota se jugaba con coraje de hombres, subraya el “Coronel”.

Y el "Patón" Carrasquel cuenta: "Pero la verdad es que aquel batazo de Balbino para romperme el no hit no run no me dolió tanto como una vez que lanzando contra los Yankees, después de haberle hecho siete ceros consecutivos y no haberles dejado conectar un hit, se me llenaron las bases por dos pasajes y un error, y el manager, Bucky Harris, me sacó. Me fui al dugout y desde allí, por un radio del médico, continué oyendo el juego. Nos hicieron una carrera y nos empataron. Luego fuimos a batear. Estalella metió un tubey y luego lo empujaron con un batazo largo a lo profundo, pero DiMaggio lo reventó en la goma. Estalella era muy pesado. Perdimos, finalmente 2 a 1".

Futbolista e Hípico

La tertulia se generaliza y el orden se pierde. Se habla de deportes con animación y ganas. Florencio Gómez Núñez recuerda que: "La afición de Gonzalo por los deportes le viene de lejos. El estudió en Saint Johns, en Nueva York y como capitán del equipo del colegio ganó el campeonato de fútbol del Estado".

Gonzalo Gómez luego jugó fútbol en Caracas para el Centro Atlético. Para entonces el gran rival estaba en Los Samanes. Gonzalo Gómez era centro-delantero y no recuerda que jamás ningún guardameta se hiciera el “loco” y dejara colar sus goles…

Todo el mundo comenta con risas la salida. Y el “Patón” –medio en broma, medio en serio– trae a colación la vez en que Gonzalo Gómez ordenó que no le batearan más que por un solo lado “porque tenía la otra pierna enferma”. Padecía en realidad de meniscos a causa del fútbol.

Otro deporte que apasionó al Coronel fue el hipismo. Caballos de excepción en su cuadra fueron “El Guárico”, “Papagayo” (un hijo de “Man o’ War”), “Zonda”, “Bramón”, “Carache”, “Silver Button” y “Gold Button”, estos últimos hijos de “Cónsul”. “Gold Button” se retiró invicto de las pistas. Recuerda que una vez pudo ganar “La Copa de Oro” en el hipódromo La Habana. Envió tres caballos para el caso, al cuidado de don Jaime Todd.

En Puerto Rico consiguió un potro no muy caro “Figral” que se convirtió en campeón de la pista conquistando todos los trofeos de la temporada. En cambio, un descendiente de “Tetramer”, de cuyo nombre no quiere acordarse, las veces que corrió no arribó en otro lugar que no fuera detrás de la cola de los otros…

La vez que “Tetelo" agarró un zorro con la mano pelada

En “mesa revuelta” se habla de todos los deportes a la vez. Se recuerda a Simón Chávez y a otros boxeadores por quienes “el Coronel” simpatizaba.

De la velocidad de “Tetelo” Vargas, superior a la de “Millito” y a la de Radamés.

¿Corría más que Jethroe?

"Más que Jethroe", responde el “Patón”.

Gonzalo Gómez recuerda que: "Una vez “Tetelo” se hallaba jugando center field en el Stand de La Victoria y de un maizal cercano saltó un zorro que cruzó raudo por el diamante. “Tetelo” se le pegó detrás y lo alcanzó por la cola…¡Aquella noche se puso la fiesta!".

El “Gatico” Hernández preguntó si “Tetelo” no era supersticioso. Todos los peloteros lo son un poco. Bobo Newson al comenzar a pitchear, colocaba un guante cerca de la línea de coach…cuando se lo volteaban, perdía la goma, se volvía loco, discutía con todo el mundo y concluía pidiéndole al manager que lo sacara del juego…

Pedro Alejandro Sam pitcher dominicano de los Latinos de Valencia no podía ver un pañuelo rojo y Carrasquel recuerda que cuando él comenzó a lanzar en Cuba se sorprendía de la cantidad de trapos de todos colores que agitaban en las tribunas rivales…”Pero yo nunca comí de eso…”.

Gonzalo Gómez recuerda que en materia de superstición nadie igualaba a Julio Rojo, famoso catcher: "Era un negro santero. Siempre andaba con rosarios de peonía y manojos de alfileres de ganchos…".

Los Peloteros de antes…no usaban gomina!


Gonzalo Gómez lanzando para el equipo “Ávila”, enfrentando al “Paraíso”, en 1934. Serie Interclubs organizada por la Asociación de Cronistas Deportivos. Revista “Elite”, número 472, del 29/9/1934. Archivo: Hnos. Dupouy Gómez.

En aquella rueda de jugadores y aficionados al béisbol de años pasados una opinión es unánime: antes, siempre antes, los peloteros no se andaban con quítame estas pajas para fajarse en procura de la victoria.

Se jugaba duro…y al cuerpo.

Florencio Gómez Núñez recuerda en materia de agresividad a un puertorriqueño del “Santa Marta”, del año 1927, José “Gacho” Torres Cruz, que imponía el terror corriendo las bases. Carrasquel recuerda la vez en que jugando para el México Rojo, el “manito” Beto Ávila se tiró en segunda y desnudó a “Talúa” Dandridge. Hubo que hacer rueda de jugadores para ponerle otros pantalones y sacarlo del campo.

Por cierto que “Talúa” nada comentó y por la noche se dio con Carrasquel a recorrer las calles para comprarse una lima. Se pasó toda la noche afilando los spikes y al siguiente día salió como desaforado a robar bases…no había pelotero que intentara ponerlo out!

Aquella anécdota que cuenta “Yanesito” de cuando “El Chivo” Capote metió un batazo de más de cuatrocientos pies y el público gritaba: “Coronel, no se lo lleve…no se lo lleve, pa’ La Victoria!”, es cierta. “El Chivo” contestaba: “Pero yo me voy, pero yo me voy…”, mientras corría las bases…

“El Chivo” por cierto era un as cogiendo la base por pelotazo y Alejandro "Patón" Carrasquel comenta a propósito que la otra noche en el homenaje a Vidal, “no quise pitchear duro, por temor a darle un pelotazo a alguno de esos muchachos…”.

Señalaba Gonzalo Gómez: "Los peloteros de aquellos tiempos, no tenían remilgos para darse enteros. Por ejemplo, eso de escoger entre los bates, que si uno de 35, que no, que a mí el que me gusta es el 34 o el 33…Nada de eso. Se cogía un bate, cualquier palo, y se le metía con ganas a la bola.

Una vez jugando el Concordia en Puerto Rico, el viejo Alejandro Oms, llamado con premura a batear, fue y cogió el primero que encontró y se paró en el home como solo aquel viejo admirable sabía hacerlo.

De lejos se oían sus gritos desesperados de sus compañeros: Alejandro, que cogiste el fungo…Cuidado que es el fungo!

¿El fungo? Nada.

Alejandro Oms la vio venir por el centro del plato y metió un palazo que envió la pelota al fondo del mar, cien metros más allá de la última cerca del Estadio".


S.A.

Diario “El Nacional”, Jueves 26 de Enero de 1961. 


Pueden disfrutar dos interesantes videos sobre el desarrollo e impulso del béisbol venezolano, por los hijos del General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República:







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