La estrella venezolana de
campo-corto, Alfonso "Chico" Carrasquel, con el equipo
"Cervecería Caracas" en 1952. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Desde muchos años atrás se ha dado la controversia existente con los
peloteros extranjeros que juegan en las Grandes Ligas y su posibilidad,
conveniencia o no de continuar jugando béisbol en las Ligas invernales de su
país.
Cada año hay mayores restricciones, debido a los grandes ingresos que
devengan en sus contratos los peloteros foráneos que actúan en el Big Show.
Actualmente, es una realidad muy distinta a la que disfrutamos en años
pasados, donde los grande-ligas nativos de otras tierras, mostraban su grandeza
e idolatría ante su afición, llenando estadios y dándole mayor lustre a las
Ligas locales.
Comparto con los amables lectores, un artículo escrito por el célebre
narrador venezolano "Pancho Pepe" Cróquer, director de la revista
"Venezuela Deportiva", publicado el 14 de marzo de 1952 y que se
titula "No veremos más a Carrasquel", referente a las posibilidades
de limitación de su comparecencia a nuestro béisbol, por parte de los dueños de
equipos de las Grandes Ligas.
A continuación, el mencionado artículo:
A continuación, el mencionado artículo:
No veremos más a Carrasquel
Las declaraciones del Chico
Carrasquel a raíz de su llegada al campo de entrenamiento de los White Sox no
nos han sorprendido. Es la verdad. Lo esperábamos desde hace tiempo. Y esa decisión
del torpedero criollo, de no actuar más en la temporada de invierno caraqueña
puede ser el comienzo del fin perseguido por los magnates de las grandes Ligas.
A ellos no les interesa que sus peloteros de primera se esfuercen demasiado
después de terminado la agobiante temporada que durante seis meses los mantiene
en diaria actividad dentro de las grandes Ligas.
Y el caso de Carrasquel servirá
de pauta a los magnates del Big Show para establecer normas prohibitivas a Orestes
Miñoso, Conrado Marrero, Sandalio Consuegra, Beto Avila, Julio Moreno, Jim
Rivera, Héctor Rodríguez, Sam Noble, Willy Miranda y Witto Alomá.
La actuación de Carrasquelito
en la temporada de Venezuela les ha venido al pelo. Regresó con mucho exceso de
libras. Un poco lento para fildear los lances de lado. Pesado en la carrera de
bases y, para colmo, con el recuerdo imborrable de tres cicatrices estampadas
en el brazo izquierdo como resultado de un lance que para ellos—los magnates— no
tiene la más mínima importancia. Yo no creo que Carrasquel dio esas
declaraciones por voluntad propia. Él tiene muchos compromisos en su patria.
Con el público, con sus amigos, con la Cervecería Caracas y con el club del
mismo nombre. Pero el "Chico" comprende que para sostener su
"cambur" en las Mayores tiene que aceptar las decisiones que adopten
sus jefes de allá, y aquel béisbol, indudablemente, le interesa al venezolano
mucho más que cualquier otro que se juegue por estos predios latinos. El caso
de Carrasquel servirá de pauta a los dueños del trust pelotero norteamericano
para prohibir definitivamente a todos los jugadores de Ligas Grandes, y específicamente
a los latinos, que jueguen en sus países nativos en los campeonatos invernales.
No veremos más a Carrasquel, en
Caracas al menos. Y esa es una pérdida grave para el béisbol criollo. Y una
pérdida irreparable para el aficionado que iba a las tribunas con el determinado
propósito de admirar y aplaudir al único big leaguer venezolano.
En una encuesta privada que hemos
realizado nos encontramos con que la mayoría está de acuerdo con esa resolución
de Carrasquel. Y nos sorprendió esa opinión casi mayoritaria. Porque creímos
que el público protestaría de la ausencia del criollo. Pero ha sido al contrario.
Todos quieren que Carrasquel descanse en Caracas después de ese fatigoso trabajo
semestral para que al volver se encuentre en buenas condiciones.
Hay que esperar, diría yo, para
saber si al muchacho le conviene o no el descanso. Porque hay peloteros de
diversa característica. Existen algunos lanzadores que necesitan trabajar continuamente
para poder mantenerse en forma. A otros, por el contrario, hay que darles
descanso de una semana, o más, para que puedan recuperarse. Con los otros jugadores
sucede igual. A algunos les conviene la actividad, pero a otros hay que mantenerlos
en la línea de fuego. Después de esta temporada en las Mayores sabremos lo que
conviene al "Chico" de Venezuela; pero, por lo pronto, ya no veremos
más a Carrasquelito haciendo sus fantasmales jugadas en el campo corto…
Pancho Pepe Cróquer.
(Publicado en la Revista
"Venezuela Deportiva", del 14 de marzo de 1952).
No obstante, la preocupación que en su momento manifestó Pancho Pepe
Cróquer en su artículo, Alfonso "Chico" Carrasquel sí pudo jugar en
Venezuela los años siguientes con los equipos: Leones del Caracas (1952-1960),
Pampero (1960-1961), Oriente (1961-1963), Estrellas Orientales (1963-1964),
Navegantes del Magallanes (1964-1965) y Tigres de Aragua (1966-1967).
Así pues, desde muchos años atrás, se evidenciaban restricciones a
los peloteros latinos, por los propietarios de equipos de las Mayores, los
cuales lógicamente buscaban preservar la salud y actuación de sus jugadores,
contratados por ellos, como negocio al fin; a pesar de que en sus países de
origen, los aficionados locales deseaban ver a sus ídolos jugar.
Esta situación, cada año se torna a favor de los lineamientos que al
respecto tomen los propietarios de equipos de las Grandes Ligas, por encima de los teams
locales, debido principalmente al aspecto económico y posibilidad de evitar
riesgos en las carreras de los jugadores.
Miguel Dupouy Gómez.
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