viernes, 30 de octubre de 2015

Don Larsen y la hazaña de su Juego Perfecto en la Serie Mundial de 1956


El pitcher derecho de los Yanquis de Nueva York, Don Larsen, realizó el 8 de octubre de 1956, la gran hazaña de lanzar el único Juego Perfecto en la historia de las Series Mundiales de las Grandes Ligas, hasta los momentos.

En el quinto juego de la Serie Mundial, celebrado en el Yankee Stadium, con asistencia de 64.519 fanáticos, Don Larsen se enfrentó ante el lanzador veterano Sal Maglie, de los Dodgers de Brooklyn, con la serie igualada a 2 por lado. El manager Casey Stengel colocó a Larsen como abridor, a pesar de no haber lanzado bien el segundo partido de la Serie Mundial, en el estadio Ebbets Field de Brooklyn, con labor de 1 inning y 2 tercios, había recibido 4 anotaciones, con 1 hit, 4 boletos otorgados.

Dos temporadas antes, el pitcher Don Larsen, tuvo uno de sus peores récords jugando para los Orioles de Baltimore, obteniendo 3 victorias y 21 derrotas. Ese año ningún otro lanzador en la Liga Americana había perdido más juegos que él; pero 2 de sus victorias fueron ante los Yanquis de Nueva York, por lo que se interesaron en sus servicios.

En 1955, cuando llegó a los Yanquis de Nueva York, Don Larsen tuvo 9 victorias y 2 derrotas, con una efectividad de carreras permitidas de 3.06.

El año 1956, en la temporada regular Larsen dejó marca de 11 victorias y 5 derrotas, con una efectividad de carreras permitidas de 3.26.

El día del juego perfecto, Larsen ponchó con una curva al primer bateador del cotejo, Junior Gilliam, luego en conteo de 3 y 2 ponchó al campo-corto Pee Wee Reese, para el segundo out del partido.

El alto y corpulento lanzador Don Larsen, no lanzó más de 15 pitcheos a los campeones para la época, los Dodgers de Brooklyn, que contaban con jugadores de la talla de: Roy Campanella, Pee Wee Reese, Gil Hodges, Junior Gilliam, Jackie Robinson, Duke Snider, y Carl Furillo.

En el segundo inning, Jackie Robinson bateó una fuerte línea al lado izquierdo de la tercera base de los Yanquis, Andy Carey, quien la rozó con su guante, siendo desviada y atrapada por el campo-corto Gil McDougald, quien lanzó a primera base para poner out a Robinson. Fue uno de los batazos más cercanos a ser considerado como hit.

Los Yanquis hicieron 1 carrera en el cuarto inning, con un cuadrangular solitario de Mickey Mantle, ante el pitcher Sal Maglie.

En el quinto inning, Mickey Mantle realizó una extraordinaria atrapada con el guante de revés, ante una fuerte línea de Gil Hodges, que pudo ser un cuadrangular.

En el sexto inning, los Yanquis hicieron otra carrera, para dejar cifras definitivas al juego, 2-0.

A partir del séptimo inning, ya todos los jugadores de los Yanquis comenzaron a pensar en la posible gran hazaña de Don Larsen.

En el octavo inning, el bateador Gil Hodges conectó una fuerte línea baja a las manos de la tercera base Andy Carey, quien realizó el out. Jackie Robinson bateó un roletazo a las manos de Larsen, para el segundo out. Gil Hodges dio una línea que atajó el tercera base Carey, a tres pulgadas del suelo, lanzando a primera base por si acaso se equivocaba el umpire en la decisión.

Larsen estaba en el montículo muy disciplinado y tranquilo. Al iniciar el noveno inning, el receptor Yogi Berra se acercó a conversar con Don Larsen, no para decirle lo bien que estaba lanzando, sino para recordarle que si un corredor llegaba a primera base por boleto y el próximo bateador conectaba un cuadrangular, se empataba el juego.

Comentaba Don Larsen, que los últimos 3 outs fueron los más difíciles del juego. Estaba nervioso, porque sus rodillas estaban un poco débiles y sus dedos de la mano de lanzar no los sentía como quería. Su mente le inducía a expresar: “Por favor, que alguien me ayude”.

El estadio estaba en silencio. 4 lanzamientos fueron bateados de foul por Carl Furillo antes de dar un elevado al jardín derecho que fildeó Bauer, para el primer out. Roy Campanella vino a batear y conectó un suave rodado a las manos de la segunda base, Billy Martin, para el segundo out. Por último, Dale Mitchell, en cuenta de 1 bola y 2 strikes, se ponchó con un lanzamiento en toda la esquina del home, para el final del histórico momento. Festejaron tanto el lanzador Larsen como el receptor Yogi Berra, saltando de alegría y fundiéndose en un caluroso abrazo.


Larsen estuvo perfecto. Hizo 97 lanzamientos en el juego, enfrentó a 27 bateadores, no le dieron hit, no le anotaron carrera, no otorgó boletos, ni se le embasó algún oponente. Su primera victoria en Serie Mundial fue la del Juego Perfecto.

El pitcher contrario y perdedor Sal Maglie, lanzó 8 innings completos, permitiendo 5 hits, 2 carreras, otorgó 2 boletos y propinó 5 ponches.

Luego de terminar el juego, el manager Casey Stengel, le preguntó a Yogi Berra, ¿cuál ha sido el mejor juego que él ha recibido a algún lanzador? Y respondió: “Yo nunca he recibido a algún mejor lanzador, como Don estuvo hoy”.

Los Yanquis de Nueva York, se titularon campeones de la Serie Mundial de 1956, al ganar los 4 juegos, en el séptimo y definitivo partido.

Don Larsen fue designado Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1956 y obtuvo ese año, el galardón Babe Ruth. Recibió numerosos premios, desde un automóvil marca Corvette, cuantioso dinero y diversas presentaciones ante los medios de comunicación. Le escribieron innumerables cartas de felicitación, entre ellas, una enviada por el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Dwight D. Eisenhower.

Larsen tuvo 14 temporadas en las Grandes Ligas, jugando para 8 equipos diferentes, terminando su carrera con un récord de 81 victorias y 91 derrotas, dejando una efectividad de carreras limpias permitidas de 3.78. En 5 Series Mundiales, dejó su marca en 4 victorias y 2 derrotas, con una efectividad de 2.75.
Miguel Dupouy Gómez.

2 comentarios:

  1. INTERESANTE!! LO DESCONOCIA. MIGUEL, CADA DIA ME SORPRENDES CON TUS RELATOS BEISBOLISTICOS. TE FELICITO!!

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