La promisoria estrella cubana
del béisbol, Orestes "Minnie"
Miñoso, de los Medias Blancas de Chicago, colocándose sus spikes, el año 1951. Foto: Osvaldo Salas. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
En este artículo, quiero compartir con los amables lectores, una
interesante entrevista realizada por el famoso periodista y locutor deportivo venezolano
Francisco José "Pancho Pepe"
Cróquer a la gran estrella del béisbol latinoamericano, el cubano Orestes "Minnie" Miñoso, en su primer
año con los Medias Blancas de Chicago, en 1951. Espero, que la disfruten. A
continuación, reproduzco el interviú:
¡Orestes Miñoso no desea que lo
crean brujo!
Le han pegado quince pelotazos,
pero es el mejor leño de la Liga Americana.
El campo-corto venezolano
Alfonso "Chico" Carrasquel, junto a sus compañeros y amigos, los
cubanos Orestes "Minnie"
Miñoso y el pitcher Luis "Witto"
Alomá, de los Medias Blancas de Chicago, el año 1951. Foto: Osvaldo Salas. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Uno de los sitios más concurridos por la élite pelotera y boxística en
New York es el bar "El Rancho
Grande" en la calle 44.
Los jugadores latinos de las Grandes Ligas, cuando juegan en New York,
se han hecho ya de una obligación el visitar a Patsy Álvarez en "El Rancho". Allí se respira
ambiente latino, se bebe en español, y se come en criollo.
Frente a un enorme plato de "moros
y cristianos" encontré a Orestes Miñoso. Vestía un impecable terno
marrón claro. Engullía el contenido del plato con asombrosa fruición. Una vez
que hubo concluido su banquete cubano se dispuso a entrar en acción.
La tarea periodística es mucho más grata cuando se encuentra uno con
hombres como Miñoso. Su conversación, salpicada de chistes, enmarcada por lo
general dentro de la fraseología del populacho cubano, no decae en interés ni
un instante.
Pancho Pepe: Lo que me
preguntaste anoche en el Stadium no te lo puedo contestar. Tú sabes viejo. Este
es mi primer año en las Grandes Ligas. Tengo que esperar hasta el fin de
temporada para hacer cálculos. De todas maneras yo espero que ellos me hagan un
aumento de algunos "pesitos". Yo estoy en situación diferente a la de
Carrasquel. Este es el segundo año del chiquito, y ya tú sabes lo que ha hecho.
Ese las coge "donde el cepillo no toca". El sí puede pedir. Yo tengo
que esperar.
¿Tú temes que te suceda lo
mismo que Walter Dropo?
Bueno. Eso es una gran
injusticia lo que han hecho con ese muchacho. Al chiquito ese (Dropo tiene seis
pies y cuatro pulgadas repartidas en 200 libras ) han debido dejarlo descansar un par
de semanas antes de tirarlo para abajo. Yo no le tengo miedo a mi segundo año
en las Grandes Ligas. Creo que voy a adaptarme fácilmente el año que viene. Lo que necesita es un poquito de suerte.
Y cuando esto dice se abstrae un momento. Se aparta de la conversación,
y adivino que su mente vuela hacia terrenos futuristas. Lo traigo de nuevo a la
realidad al tirarle una bola rígida:
¿Tú crees que los pitchers te
están tirando a pegar?
Bueno, chico, esa es una cosa
que no se puede decir con seguridad. Yo no sé si me tiran a pegar o no. Pero es
mucha coincidencia que al único del club que le han dado catorce pelotazos es a
mí. Y yo soy el que mejor está bateando. Y no son catorce. Son quince. Porque
en San Luis me dieron uno en el codo y el umpire no lo vio. Créemelo que me
siento adolorido. Aquí -y me muestra el costado izquierdo, me duele mucho. Ese
fue de Lopat. Y este otro -se levanta el pantalón y me enseña un hematoma sobre
la rodilla izquierda- me trae fastidiado. Cada vez que voy al play tengo que
dar unas cuantas carreritas para que la pierna entre en calor y no me moleste
durante el juego. Yo no sé si será con intención o no, pero la verdad es que
estoy muy adolorido.
¿Y esos quince bolazos han
influido en la baja forma que has acusado a veces?
Qué vá…Lo que pasa es que
algunas veces me canso, viejo. Es una tensión nerviosa muy grande. Si yo fuera
una estrella, vaya. Pero tengo que dar este año todo lo que tengo por dentro.
El otro día estaba jugando la tercera. De pronto ví que todo me daba vueltas.
Sacudí la cabeza fuerte una y otra vez. Por poco me caigo al suelo. Imagínate
la cómica que habría dado. Y ese mareo me ha repetido varias veces. Pero no
digo nada para que no me "sienten". Qué vá. Yo muero ahí, en el
terreno.
Orestes "Minnie" Miñoso, firmando una pelota de béisbol. Foto:
Osvaldo Salas. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
¿Y cuál es el pitcher que más
daño te hace?
Mira. Tú vas a creer que son
cosas mías. Pero yo me paro ahí sin mirar a quien tengo por delante. Yo miro a
la bola, nada más. Y cuando pasa por la goma le meto duro. Porque si me pongo
que si hoy viene Lopat, que mañana va
Feller, que este, que el otro, me vuelvo loco. Yo no, viejito. El que sea pero
que me la pase por el plato.
¿Cuál es el motivo del descenso
violento del equipo?
Bueno, yo no quiero que vayan a
creer que yo me las doy de brujo o de sabio. Pero creo que al club le hacen
falta varias cosas. Primero: Nosotros no tenemos un cuarto bate derecho que le
meta respeto a los pitchers. Porque, fíjate: cuando Eddie Robinson va contra un
zurdo es casi nulo con el bate. Pero tenemos que ponerlo porque no hay un buen
bate derecho. Yo no soy un cuarto bate. Podría rendir. Pero no es un bateador
como yo lo que necesita el equipo para el cuarto puesto. Después, compadre, un
catcher. ¿Tú te has dado cuenta de los juegos que hemos perdido desde que el
chiquito Gus Niarhos se fastidió?...Ya a Joe Erautt lo devolvieron. Y Sam Hairston
no le ha gustado a Mr. Paul Richards. Y un catcher que sepa dirigir y dar las
señas es algo importantísimo. Aparte de Luis "Witto" Alomá, nosotros
no tenemos un relevo bueno de verdad. Son muy irregulares.
¿Crees que con todas esas
fallas terminen en primera división?
Eso es cuestión de suerte. Lo
creo que el club debe responder de un momento a otro. Pero hay una cosa rara. Yo
no sé si te habrás dado cuenta. Nosotros le jugamos bien a los grandotes.
Perdemos o ganamos por una o dos contra los Yanquis, el Boston y el Cleveland,
pero luego vienen los pequeñitos esos y nos echan pa´bajo.
¿Te pagará más plata este año
el Marianao?
Bueno, tú sabes que allá yo
estoy en mi tierra, y las cosas son diferentes. En La Habana yo no tengo
problemas de dinero. Me consideran mucho los dueños del club.
La conversación sigue girando sobre diversos temas beisboleros. Miñoso
habla con soltura y gracia. Sigue siendo el mismo hombre modesto y sencillo. No
se le han ido los humos a la cabeza.
Tú creerás que yo quiero ser
modesto, pero que vá. A mí no me van a ambular con crónicas ni nada. Yo nunca
estoy satisfecho con lo que hago, y cuando voy al terreno quisiera dar más y
más cada vez.
"En eso es que este es
grande", interviene Patsy Álvarez que ha
estado atento a la conversación. "Otro
que no fuera él se hubiera crecido".
Yo no. Por eso mismo te decía
antes que no puedo decir cuánto voy a cobrar para el año que viene. Porque si
empiezo a armar bulla desde ahora me van a coger los periodistas y quién sabe
qué van a decir. Yo espero, compadre! y el bate, el guante, y los numeritos son
los que me van a poner el sueldo para 1952.
¿Supe además de ti que había
otro pelotero en la familia? ¿Es verdad?
Ese muchacho era una estrella.
Era mayor que yo. Ya murió. Jugaba en el Short-Stop así como Carrasquelito. Le
llegaba a todas. Ese hubiera sido un fenómeno.
Y me pregunto, a mi vez si esta historia no sería parecida a la que me
refirió Carrasquelito en cierta ocasión: "Miñoso
es el mejor pitcher que yo he visto en mi vida. No le he podido dar ni un
foul", agregó "Chico"
Carrasquel.
Y es que Orestes, en sus ratos de ocio cuenta muchas anécdotas de su
vida deportiva. "Una vez di No Hit
No Run en la tarde del sábado. Me monté otra vez el domingo, y no me la vieron.
Y dos días después tiré nueve escones". Ah! y cuando jugaba de amateur hice varios pisa y corre desde segunda.
¡Desde la segunda hasta el home, compadre!...
La charla se prolonga. Miñoso consulta el reloj. ¡Las once menos cuarto!, dice asombrado. El autobús particular del
club espera a los jugadores a la puerta del Commodore Hotel. A la 1:30 del
mediodía saldrán para Filadelfia.
El famoso Hotel Commodore de
Nueva York, adyacente a la estación de trenes Grand Central Terminal.
Le acompaño hasta el hotel. A la entrada de éste una legión de muchachos
y muchachas le asalta. Miñoso su firma en cuadernos, pañuelos, pelotas y hasta
en un billete de cinco dólares. Luchando, a empujones, entra en el bus. Luego
asoma su cara sincera por la ventanilla y, cuando ya el conductor ponía la
palanca en primera velocidad, asomó el rostro y me gritó:
Te fijas, Pancho Pepe. Soy un
ídolo adolorido!...Y se fue para Filadelfia.
Pancho Pepe Cróquer.
Orestes "Minnie"
Miñoso se convirtió ese año en una promisoria estrella del béisbol de las
Grandes Ligas. Esa temporada en 530 turnos al bate, conectó 173 hits, 34 dobles, 14
triples (Líder), 10 cuadrangulares, 112 carreras anotadas, 76 impulsadas, 31
robos de bases (Líder), dejando un promedio al bate de .326, porcentaje de
embasado de .422, porcentaje de slugging de .500 para un OPS. de 922. Alcanzó un total de 265 bases y recibió 16 pelotazos (Líder). Ocupó el segundo lugar
para conquistar el Premio "Novato
del Año" en una cerrada y discutida votación ante el antesalista Gil
McDougald. Fue el primer grande-liga cubano en jugar en un Juego de las
Estrellas (1951) junto al lanzador Conrado Marrero, quien no actuó ese día.
Primer afro-descendiente en jugar con los Medias Blancas de Chicago. Compañero
y amigo de los venezolanos Alfonso "Chico"
Carrasquel y Luis Aparicio Jr. Fue uno de los mejores latinoamericanos y de los más
representativos de 1951 a
1960.
Miguel Dupouy Gómez.
Si desea ampliar la
información sobre la estrella Orestes "Minnie"
Miñoso, los invito a leer mi artículo, "Orestes
"Minnie" Miñoso: "El Cometa Cubano" que jugó 5 décadas en
las Mayores", mediante el siguiente enlace:
http://beisbolinmortal.blogspot.com/2020/08/orestes-minnie-minoso-el-cometa-cubano.html
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