domingo, 21 de agosto de 2016

Paul Richards: De lanzador ambidextro a exitoso Manager y Ejecutivo del Béisbol

Paul Richards con los Gigantes de Nueva York. 1934.

Paul Rapier Richards nació el 21 de noviembre de 1908 en la población de Waxahachie, Texas (U.S.A.).

Fue un jugador de pelota que lanzaba por los dos lados del brazo (ambidextro), era receptor, jugador del cuadro y de los jardines. Posteriormente, se dedicó a Manager y Gerente General de equipos de Grandes Ligas, con bastante éxito.

Generalmente, es acreditado como un hombre inteligente en la historia del béisbol. Como cátcher, destacó como uno de los mejores receptores a la defensiva de su época, poseedor de un potente brazo, sabía manejar sabiamente el staff de pitcheo del equipo. Fue un gran profesor y verdadero innovador del juego de pelota.

Paul Richards fue quien inventó la máquina de lanzar “Iron Mike”, al igual que la mascota especial utilizada por el receptor Gus Triandos, de los Orioles de Baltimore, para atajar los lanzamientos de nudillos de su lanzador Hoyt Wilhelm, entre otras innovaciones adoptadas para el desarrollo del béisbol.

Como dirigente, siempre era contratado para un nuevo reto, debido a su comprobada experiencia profesional.

Sus inicios en el béisbol fueron a la edad de 17 años, debutando en las Ligas Menores el año 1926, como jugador del cuadro interior del terreno y pitcher ambidextro.

En 1926 y 1927, Paul Richards, jugando con el “Crisfield Crabbers”, de la Eastern Shore League, bateó sobre los .300 puntos de average en ambos años.

El 23 de julio de 1928, jugando para los Jefes de Muskogee, equipo de la clase “C” de la Asociación Occidental, fue llamado del campo-corto para lanzar contra el Topeka Jayhawks. Utilizó ambos brazos y se enfrentó a un bateador ambidextro.

Su visita a Venezuela en 1928 con el “Crisfield Crabbers”

El equipo norteamericano “Crisfield Crabbers” en Venezuela. Aparecen de pie: su Manager, Tony Luciano (tercero de izquierda a derecha) y Paul Richards (cuarto de izquierda a derecha). 1928. (Archivo: Hnos Dupouy Gómez).

El 17 de enero de 1928, proveniente de Puerto Rico, llegaron a Venezuela, en el vapor “Carabobo”, al puerto de La Guaira, la escuadra norteamericana “Crisfield Crabbers”, para jugar una serie de partidos contra los equipos criollos.

El Manager del “Crisfield Crabbers”, el boricua, Tony Luciano. 1928. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Su Manager, Tony Luciano, era Director de la Cámara de Comercio de Puerto Rico y sentado en el hotel Barcelonés de Caracas, comentaba a los presentes su admiración sobre la empinada y moderna carretera Caracas-La Guaira, con sus impresionantes panorámicas y precipicios, obra de suma importancia, terminada en 1924, por el Gobierno del Benemérito General Juan Vicente Gómez.

El equipo “Crisfield Crabbers” estaba capitaneado por el lanzador George Edmonson. Contaba con los siguientes peloteros: Benny Artigiani (C), Infielders: Paul Richards, Ollie Jones, McAllister, y el puertorriqueño Agustín “Tingo” Daviú; los outfielders: Henry Tracey, Jimmy Lyons y Neal Rabe; y los pitcherts: Cecil Rose y Jones.

Las credenciales decían que Edmonson jugaría en las Grandes Ligas con San Francisco; Jones jugaba en Dallas, Texas; Paul Richards era propiedad de San Luis de la Liga Americana y Daviú jugaba con el Binghamton de Nueva York. El formidable slugger boricua cerró la temporada en el norte con 26 jonrones, con el equipo “Cumberland” de la Middle Atlantic.

Anuncio invitando a asistir a los fanáticos del béisbol, del Doble-Juego que fue suspendido, del debut del “Crisfield Crabbers” en Venezuela, ante el equipo criollo “Santa Marta". 22/1/1928. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 22 de enero de 1928, en el estadio San Agustín de Caracas, estaba pautado el primer doble juego en la historia del béisbol venezolano. Sin embargo, la fuerte lluvia hizo que se suspendiera, por una semana, los encuentros pautados.

El 29 de enero de 1928, se enfrentó el equipo criollo “Santa Marta” contra el “Crisfield Crabbers”, resultando ganador el “Santa Marta” 3-1, ayudado por un jonrón del dominicano Juan Esteban “Tetelo” Vargas, siendo el primero que se daba en el recién inaugurado estadio.

El 30 de enero de 1928, en el mismo estadio, se volvieron a enfrentar esas dos escuadras, desquitándose el “Crisfield Crabbers” con victoria 9-4 ante los samarios.

El 5 de febrero de 1928, en el estadio San Agustín de Caracas, se llevó a cabo el primer doble juego en la historia del béisbol venezolano. Se enfrentaron el “Crisfield Crabbers” contra el equipo “29 de Julio Militar Club”. Los norteamericanos vencieron a los criollos 6-5, en el primer partido. Luego, el equipo “29 de Julio Militar Club” vencería 18-10 a la escuadra norteamericana. El equipo “29 de Julio Militar Club” había sido el equipo campeón del primer Campeonato Nacional de Béisbol celebrado en nuestro país en 1927.

Titular de prensa donde señalan la victoria del “Crisfield Crabbers" ante el “Royal” y las palabras de Paul Richards sobre el desarrollo y adelanto de nuestro béisbol. 1928. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 14 de febrero de 1928, en el coso de San Agustín de la ciudad capital, se enfrentó el “Crisfield Crabbers” contra el “Royal Criollos”, obteniendo la victoria el “Crisfield” 10-2. Este fue el último partido del equipo norteamericano embarcándose para Nueva York en el vapor “Calipso”. El puertorriqueño Agustín “Tingo” Daviú se quedó en nuestra tierra. La experiencia de esta serie sirvió para aprender del equipo foráneo, el arte de correr las bases, el tomarle el tiempo a los lanzadores para robar las bases y a la defensiva, la importancia de jugar cuadro adentro en el diamante. También sirvió para destacar la gran actuación del pitcher Marcelino Blondet “Moncho Brujo” quien venció en 2 ocasiones a los visitantes.

Su visita a Venezuela en 1930 con los “Melocotones de Macon”

El lanzador ambidextro Paul Richards del “Crisfield Crabbers”. 1928. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 16 de octubre de 1930, la formidable novena norteamericana, subcampeona en la South Atlantic League, llegó a Caracas (Venezuela), en gira deportiva, pro-internacionalización del Base Ball.

Entre sus jugadores destacados estaban: Snyder, segunda base y “enorme ladrón” de bases; Jimmy Adair, hábil short stop; Paul Richards, pitcher ambidextro, cátcher y capitán; Joe Vance, el hombre más rápido del base ball, poseedor del récord mundial de circunvalación de bases y June Greene, lanzador estrella, vendido al Brooklyn de la Liga Nacional por 10.000 US$.


En el juego del debut en Venezuela del equipo norteamericano “Melocotones de Macon”, se enfrentó contra el equipo venezolano “Royal B.B.C.”. El Manager del “Macon” era el boricua Tony Luciano, quien había venido en 1928 con el “Crisfield Crabbers”. Acudió a la cita beisbolística, una gran multitud de fanáticos. Paul Richards expresó al terminar el partido: “Al comentar sobre el juego de hoy sólo puedo decir: He encontrado una mejora considerable en el juego con el equipo “Royal”. Yo lamento que Inojosa se haya lesionado y espero que va a estar bien para el próximo enfrentamiento.


Señalaba la crónica del periódico de la época, “El Nuevo Diario”, lo siguiente:

El Macon destrozó a los Campeones

Nueva despedida de los “Melocotones” y otra derrota del “Magallanes”. Los “bucaneros de Catia” silenciados. Palabras de Tony Luciano y Paul Richards. 

El sólo anuncio de que, para una nueva despedida del “Macon” de Georgia, se les enfrentaría en la tarde de ayer una selección “Royal Criollos” – “Magallanes”, con la formidable batería Inojosa-Malpica, llevó a la pagoda agustina una enorme concurrencia, destacándose en ella un bello grupo de damas.

No fue posible, sin embargo, obtener una liga entre el aceite y el vinagre. Los iniciadores del festejo beisbolístico, descuidaron su misión principal y, casi a la hora fijada para el juego, fue cuando trataron de conseguir el concurso del “Royal Criollos”, sin fijar condiciones, forma que la tribu no pudo aceptar. Por esta razón el “Macon” tuvo como contendor, en este último y postrer abrazo antes de partir, al Campeón de Venezuela cuya fragilidad se convirtió en añicos bajo la presión musculosa y terrible de aquellos fornidos brazos norteños…!

El score oficial que a continuación publicamos, dará mayores datos e informes a los aficionados al deporte rey.

Line Up del equipo “Macon”: Hamilton (3B), Snyder (2B), Paul Richards (SS), Stebbins (1B), Joe Vance (CF), Reis (P), June Greene (LF), Neal Rabe (C), Frank Pearce (RF).

Line Up del equipo “Magallanes”: Juan “Camarón” Sosa (2B), Benito Torrens “Juey” (SS), Manuel Antonio “El Pollo” Malpica (C), “Nestico” Sánchez (3B), Pepín Arriens (1B), “Chechón” Vegas (P), Pío López (LF), Navas (RF), Romero (CF).

El “Macon” ganó 6-2 al “Magallanes”. El “Macon” bateó un total 12 hits, en tanto que el “Magallanes” bateó 4.

SCORE:
Macon                010   021   002   6
Magallanes        000   001   010   2          
                       
El cátcher Paul Richards en Venezuela con el “Macon”. Año 1930. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Al Público Beisbolero de Venezuela

Al abandonar hoy en el vapor holandés “Crynsen” las playas de esta tierra hospitalaria, pecaríamos de ingratos si no dedicáramos estas cortas líneas de despedida a los muchos amigos que durante las varias semanas que hemos estado en Caracas han tenido para nosotros tantas demostraciones de afecto y de cariño.

Hemos hecho la mejor demostración posible con el fin de dejar complacido al público que entendemos paga por ver jugar pelota limpia y libre de conveniencias de empresas, gane quien gane y pierda quien pierda.

Hemos encontrado un marcadísimo progreso entre el “standard” del base-ball de 1928 cuando estuvimos aquí con el “Crisfield” y el de hoy que nos han enfrentado al “Macon”, y sinceramente confiamos que en una próxima visita a este país encontraremos un adelanto aún mayor y que las victorias correspondan en su mayor parte a los clubs nativos, quienes en esta ocasión han tomado sus derrotas con un espíritu de “sportmanship” envidiable.

Es difícil decir que volveremos a Caracas con un club más fuerte que el “Macon”, pero es fácil asegurar que nuestro próximo conjunto no será más flojo, así es que ya pueden irse preparando para recibirnos.
“So long, boys…!
Tony Luciano.
Manager.

Paul Richards.
Capitán.


Señalaba el periódico “El Nuevo Diario”, en otra crónica, lo siguiente:


Basketball y Baseball Internacional, en la capital Aragüeña.

Los deportistas norteamericanos jugaron basket y baseball en Maracay. Perdieron en el “floor” y ganaron en el diamante. “Observador” y la retirada del “Unión” del Campeonato de Basket Ball. Un nuevo Club de Base Ball en Las Tejerías.

Agradables días de la semana última fueron pasados, al mando y cuidado del culto promotor señor Tony Luciano, por los jóvenes deportistas norteamericanos que integran el conjunto del “Macon”, en las fértiles y florecientes regiones aragüeñas.

Los “melocotones” de Georgia fueron exquisitamente atendidos en Maracay, en donde efectuaron dos eventos, uno de basket y otro de base ball, partidos a los cuales asistieron numerosas y selectas concurrencias.

Informes que recibimos sobre estos encuentros, nos permiten hoy ofrecer a nuestros lectores una síntesis de su desarrollo.

Basket: “Macon” vs. “Piratas”

El five norteño encontró muy buenos contendores en el quinteto aragüeño de los “Piratas”. El partido, verificado en presencia de un público distinguido y numeroso, resultó lleno de momentos de interés y de emoción. Los equipos alinearon así:

“Piratas”: José Rosario Gómez, Nouel, Onofre Carballeira, Francisco Russo y Díaz.

“Macon”: Eugene Fisher, Joe Vance, Bobby Reis, Paul Richards y Vance.

El partido comenzó con un notable adelanto en el anotador a favor de los “Piratas”, tal vez debido a la confianza que en el triunfo tenían sus oponentes. En esta forma, con el score más o menos igual, llegó el juego a los momentos finales pero, llevando una ventaja en puntos los visitantes, José Rosario logró dos magníficas cestas, con formidables tiros desde sitio lejano, los cuales, además de entusiasmar al soberano, afianzaron el triunfo de los aragüeños.

La anotación final fue de 40 por 30 tantos favorables a los “Piratas”.

Los del “Macon” hicieron esfuerzos colosales en los últimos segundos para no perder, los cuales resultaron infructuosos ante el espléndido guarding del team maracayero.

Como nota curiosa, el equipo “Piratas” fue el primer equipo de basketball de la ciudad de Maracay y fue fundado por los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, hijos del Presidente de la República de Venezuela, Benemérito General Juan Vicente Gómez. Los hermanos Gómez Núñez contrataron al gran jugador boricua Onofre Carballeira, para que enseñara y mejorara las condiciones de juego del equipo de los "Piratas" en Maracay. Onofre Carballeira, es miembro del Salón de la Fama del Deporte en Puerto Rico.

Béisbol: “Macon” vs. “Maracay”

En el campo del “Monagas” B.B.C., detrás del Matadero de Maracay, la poderosa liga beisbolera del “Macon” se enfrentó a una novena de jóvenes “amateur’s”, reforzados con la popular y recordada figura del “Borinquen Stars”; Santiago Torres, Péniman. El nueve del “Maracay” quedó formado de la siguiente manera: P., Péniman; C., Martínez; 1ª. Base, Florencio Gómez; 2da. Base, José Rosario Gómez; 3ra. Base, José Rafael Velasco; Short Stop, Francisco Russo; Left Fielder, Juan Vicente Gómez, hijo; Center Fielder, Magdaleno “Manomano”, y Right Fielder, el gran deportista de la época Leopoldo Márquez.

El “Macon” hizo las acostumbradas designaciones para los diferentes puestos. Lanzaron Richards, Fisher y Greene.

El match comenzó “pan grande” para los vencedores del “Royal” y el “Cincinnati”, pero, en el quinto inning, el score era de 1 por 1 entrada. En el sexto episodio, con las tres esquinas ocupadas por corredores aragüeños, Florencio Gómez conectó una curva de Richards, disparando de cuatro esquinas que envió la spalding a la calle y permitió la anotación de cuatro carreras. Pero, siguiendo el ejemplo, los “melocotones” empezaron a sonar la estaca, cañoneando jonrones que pasaban la bola por encima de los árboles que forman la avenida detrás del jardín izquierdo. Rabe hizo una magnífica cogida en el RF. Que fue calurosamente aplaudida.

La anotación final por entradas fue de 13 a 9 carreras, favorables al “Macon”.


Crónica del encuentro entre el equipo norteamericano “Macon” y el “Maracay B.B.C.”. Señala el Grand-Slam de Florencio Gómez Núñez, gran impulsor del béisbol en la capital aragüeña. 1930. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Florencio Gómez Núñez recuerda a Paul Richards

Florencio Gómez Núñez, Fundador y Sostenedor del “Maracay B.B.C.”. "Guía Nacional de Base Ball" del año 1928. Editado por Luis Hernández Maldonado “Lord”. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Me comentaba mi abuelo, Florencio Gómez Núñez, lo siguiente:

“En el mes de octubre de 1930, vino un equipo norteamericano llamado el “Macon”, para jugar una serie contra los equipos de Venezuela. Entre los tantos pitchers que trajo ese equipo, estaba uno curiosísimo que no se me ha olvidado nunca, que se llamaba Paul Richards, él destacó posteriormente como jugador y Manager en las Grandes Ligas.

Paul Richards, me impresionó mucho, porque lo vi lanzar con las dos manos, tanto con la derecha como con la zurda, de igual forma, era un fenómeno. Nosotros a ese equipo, lo invitamos a Maracay y jugamos en un terreno donde quedaba el nuevo Matadero. Naturalmente, que ganaban ellos porque era realmente un gran equipo, con mucha experiencia.

En ese juego que se realizó en Maracay, me puse a batearle a Paul Richards, aunque ya no era jugador activo, siempre fui un bateador muy bueno desde que empecé a jugar béisbol hasta que me retiré. Era primer bate y abría el Line-Up, bateaba mucho, era muy hiteador, corría bien las bases, bateaba fuerte, pero más que todo de hit.

En la práctica contra el “Macon” donde jugaba Paul Richards, entré a jugar y me puse a batearle a Richards. Me lanzó y le conecté un jonrón en ese campo. En el sexto inning, volví a enfrentarme a él y le bateé otro cuadrangular, esta vez con las bases llenas.

Paul Richards me regaló un bate dedicado por él que decía “Para el Babe Ruth venezolano, Paul Richards”, ese bate lamentablemente se me perdió. Eso como anécdota curiosa. Naturalmente, pienso que Paul Richards no me lanzó para que no le bateara, pero lo que sí es verdad, es que le di duro a la bola”.


Pueden disfrutar el video de audio con el testimonio de don Florencio Gómez Núñez, recordando a Paul Richards. Entrevista realizada por los Hnos. Dupouy Gómez:


Paul Richards y Florencio Gómez Núñez. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Después de jugar 7 temporadas en las Ligas Menores, debutó en las Grandes Ligas el 17 de abril de 1932, jugando para los Dodgers de Brooklyn.

En el mes de junio de ese mismo año, fue contratado por el equipo Millers de Minneapolis, de la Asociación Americana, donde participó en 78 partidos, dejando un promedio al bate de .361. Debido a esa gran actuación, fue contratado por el equipo que dirigía John McGraw, los Gigantes de Nueva York, en el mes de septiembre.


Paul Richards con los Dodgers de Brooklyn. 1932.

De 1932 a 1935, compartió la posición de cátcher con el equipo de los Dodgers de Brooklyn y los Atléticos de Filadelfia, en las Mayores.

Paul Richards, en esa época aprendió trabajando como cátcher  junto a su manager Bill Terry, todas sus enseñanzas de pitcheo y detrás del plato, que realizaba con el gran lanzador Carl Hubbell.

La temporada de 1933, Richards fue el segundo receptor de los Gigantes de Nueva York, detrás del titular Gus Mancuso. Esa campaña, Paul Richards fue influenciado mucho por su manager Bill Terry, quien se dedicó a trabajar a los lanzadores y la defensa del equipo.

Los Gigantes de Nueva York se erigieron campeones de la Serie Mundial de 1933. Paul Richards no tuvo actuación en esa postemporada.

En 1934, Richards dejó un bajo promedio de bateo de .160 y fue cambiado, en el mes de mayo de 1935, para el equipo de Connie Mack, los Atléticos de Filadelfia. Allí fue cátcher titular, hasta que fue cambiado en el mes de noviembre, para los Crackers de Atlanta, por el pitcher Al Williams.


El equipo Atlanta campeón de la Southern League (U.S.A.). Paul Richards es el primero que aparece sentado en la primera fila, de izquierda a derecha.

En 1936, como receptor de Atlanta, ayudó a mejorar el desempeño en la carrera del pitcher Dutch Leonard. Gracias a los consejos de Richards, al fomentarle el uso de “la bola de nudillos”, Leonard que había sido enviado de las Mayores a las Ligas Menores, pudo regresar a la Gran Carpa para jugar con los Senadores de Washington, convirtiéndose en un ganador de 20 juegos en 1939.

Paul Richards jugó de 1936 a 1942, con los Crackers de Atlanta. De 1938 a 1942 fue manager-jugador y la campaña de 1938 conquistó el banderín de campeón y la célebre revista The Sporting News lo designó con el premio Manager del Año en las Ligas Menores.

Paul Richards se tituló campeón como jugador en 1945

Paul Richards gran cátcher defensivo. 

En 1943, lideró a los receptores en outs realizados, con 537; jugadas de doble matanza, con 12; outs sacados en intentos de robo de base, con 55; y porcentaje de fildeo, con .986.

En 1944, se destacó en los siguiente renglones defensivos como cátcher: Doble-Plays realizados, con 13 (primer lugar); porcentaje de Outs realizados en intentos de robo, 63% (primer lugar); Outs realizados, con 413 (segundo lugar); asistencias 60 (tercer lugar); errores cometidos, con 9 (tercer lugar); Outs sacados en intentos al robo, con 29 (tercer lugar). Considerado en las votaciones al premio como Jugador Más Valioso de la Liga Americana y ocupó la posición 17. Sus compañeros de equipo, los lanzadores Hal Newhouser y Dizzy Trout, ocuparon en el primer y segundo lugar del importante premio. Paul Richards ayudó al lanzador zurdo Hal Newhouser trabajando su descontrol, su carácter y temperamento, permitiéndole ganar el premio de Jugador Más Valioso en 1944 y 1945.

En 1945, mejoró su promedio de bateo a .256, siendo el tope de su carrera. Fue líder a la defensiva en promedio de fildeo como receptor, con un porcentaje de .995. Ocupó la décima posición en las votaciones para el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Su compañero de equipo, el lanzador Hal Newhouser, fue quien conquistó el prestigioso galardón.

Su destacada actuación en el último partido de la Serie Mundial de 1945

El Comisionado de la Major League Baseball Happy Chandler, el Manager campeón de los Tigres de Detroit, Steve O’Neill y Paul Richards. 1945.


El 10 de octubre de 1945, en el estadio Wrigley Field de Chicago, se llevó a cabo el séptimo juego de la Serie Mundial. Paul Richards, fue factor determinante para darle el campeonato a su equipo. Se fue de 4-2, con 2 dobles, e impulsó 4 carreras, para contribuir a la victoria de su equipo 9-3 ante los Cachorros de Chicago. El lanzador que se llevó la victoria fue Hal Newhouser; el derrotado fue Hank Borowy. Los Tigres de Detroit conquistaron su segundo campeonato de la Serie Mundial.

En el primer inning, Paul Richards le conectó un doble profundo por la raya del jardín izquierdo, al lanzador Paul Derringer, que permitió las anotaciones de Doc Cramer, Roy Cullenbine y Jimmy Outlaw. Puso el score parcial 5-0 a favor de los Tigres de Detroit.

En la parte alta del séptimo episodio, Paul Richards conectó su segundo doble del partido, esta vez ante el pitcher Paul Erickson, por los lados de los jardines central y derecho, remolcando la carrera de Roy Cullenbine. Colocó la pizarra parcial 7-2 a favor de los Tigres de Detroit. Paul Richards fue el segundo más empujador del equipo de los Tigres de Detroit, con 6 carreras llevadas al plato; solamente superado por su compañero Hank Greenberg, quien impulsó 7 en la serie.



Richards fue factor importante con el manejo del staff de pitcheo del equipo, liderando la Liga Americana en porcentaje de victorias, ponches y blanqueos, siendo segundos en efectividad.

La célebre y prestigiosa revista “The Sporting News”, eligió a Paul Richards como una de las estrellas que integró su equipo ideal en 1945.


Los Tigres de Detroit, equipo campeón de 1945. El penúltimo sentado en la primera fila, de izquierda a derecha, es Paul Richards.

El equipo campeón de los Tigres de Detroit de 1945, estaba conformado por: Paul Richards (C), Rudy York (1B), Eddie Mayo (2B), Jimmy Outlaw (3B), Skeeter Webb (SS), Hank Greenberg (LF), Doc Cramer (CF) y Roy Cullenbine (RF). Como lanzadores tenían a: Hal Newhouser, Dizzy Trout, Virgil Trucks, Al Benton, Stubby Overmire, Jim Tobin, Tommy Bridges, George Caster y Les Mueller.

Paul Richards se tituló campeón, al ganar la Serie Mundial de 1945, con los Tigres de Detroit. Su actuación fue: 7 partidos, 19 veces al bate, 4 hits conectados, 2 dobles, 6 carreras impulsadas, 4 boletos recibidos y 3 ponches, dejó un promedio al bate de .211, promedio de bateo con hombres en base de .348 y porcentaje de slugging de .316. Únicamente su compañero de equipo, Hank Greenberg, remolcó más carreras en la serie (con 7).

La temporada de 1946, Richards vio su promedio de bateo descender hasta un .201, lo que lo hizo retornar a las Ligas Menores. Allí fue Manager-Jugador con el equipo los Bisontes de Buffalo, por 3 temporadas, conquistando el banderín de la Liga Internacional en 1949. Paul Richards se retiró antes como jugador, a la edad de 40 años.

Su último partido en las Mayores, como pelotero, fue el 22 de septiembre de 1946, jugando para los Tigres de Detroit. Fue en el  Cleveland Stadium, ante los Indios de Cleveland. Se fue de 4-1, con un hit al jardín central, ante el lanzador Bob Feller. Fue un duelo de pitcheo entre Hal Newhouser de los Tigres de Detroit y Bob Feller de los Indios de Cleveland, que ganaron los Tigres, 3-0. 

Sus números de por vida en la Gran Carpa fueron: 8 temporadas, 523 partidos jugados, 1.417 turnos al bate, 321 hits, 51 dobles, 5 triples, 15 jonrones, 140 carreras anotadas y 155 impulsadas, 15 bases robadas, 157 boletos recibidos, 149 ponches, dejando un promedio de bateo de .227, promedio de bateo con hombres en base de .305 y porcentaje de slugging de .301. Su porcentaje de fildeo de por vida, como receptor, fue de .987.

Como pelotero jugó 10 temporadas, con los equipos: Dodgers de Brooklyn (1932), Gigantes de Nueva York (1933-1935), Atléticos de Filadelfia (1935) y Tigres de Detroit (1943-1946).

En 1947, volvió a las Ligas Menores y dirigió a los Bisontes de Buffalo y Seattle, antes de ser designado Manager de las Grandes Ligas, con los Medias Blancas de Chicago. Richards le cambió la cara a su equipo, de ser perdedor y no alcanzar un cuarto lugar, desde el año 1943 y de la mala experiencia vivida con los Medias Negras de Chicago, en la Serie Mundial de 1919.

Paul Richards fue un gran Manager en las Mayores

Paul Richards Manager de los Medias Blancas de Chicago. 1951. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En 1951, en su primer año como dirigente de los Medias Blancas de Chicago, Richards dejó marca de 81 victorias y 73 derrotas, ocupando el cuarto lugar.

En 1952, Richards dejó marca de 89 victorias y en 1953 su equipo ganó 91 encuentros, mostrando un progresivo ascenso en su labor.

Como Manager estuvo con los equipos: Medias Blancas de Chicago (1951-1954), Orioles de Baltimore (1955-1961), Medias Blancas de Chicago (1976). Lo apodaban “El Mago de Waxahachie”.

A inicios de la década de 1950’s, la dupla de Frank Lane, como Gerente General de los Medias Blancas de Chicago y Paul Richards como Manager de campo, de 1951 a 1954, le dieron un cambio positivo muy importante a su equipo, al sacarlo del último lugar y llevarlo a lo que fue en 1959 los “Go Go Sox”. Contrataron a las estrellas Billy Pierce, Nellie Fox, al cubano y primer jugador de raza negra en jugar con los Medias Blancas de Chicago, Orestes “Minnie” Miñoso; el venezolano Alfonso “Chico” Carrasquel, Jim Rivera, Jim Busby, Mike Fornieles, el lanzador Russ Johnson, entre otros.


Billy Pierce, el Manager Paul Richards y Randy Gumpert. 1951. Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Paul Richards era un gran técnico, conocedor del béisbol, un gran táctico. Tenía una mente como de “Maestro del Ajedrez”. Siempre pensaba uno o dos movimientos antes de lo que hacía el manager oponente. El jugador Billy Pierce expresó sobre Paul Richards, lo siguiente: “Fue el mejor manager que yo haya conocido”.

En el mes de junio de 1951, Paul Richards expresó su admiración por el venezolano Alfonso “Chico” Carrasquel, ya que poseía una gran defensa y jugaba con inteligencia e ímpetu.


El equipo de los Medias Blancas de Chicago. De izquierda a derecha: Nellie Fox, Eddie Robinson, Alfonso “Chico” Carrasquel, Orestes “Minnie” Miñoso y el Manager Paul Richards. 1951. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Paul Richards fue quien llevó a Orestes “Minnie” Miñoso a jugar con los Medias Blancas de Chicago. Para Paul Richards, el novato más promisorio de las Grandes Ligas era Miñoso y expresó: “Con él hay grande-liga para muchos años”.

Sobre Paul Richards señalaban: “Este texano lánguido, es firme y hace que su disciplina marche sin discusiones. No lo piensa ni un minuto para ordenar una práctica tras el juego, cuando crea que su equipo  está jugando mal. Como Manager es heterodoxo y personal. Ya en las menores dio señales de su criterio “personalísimo” cuando ordenó transferir al pitcher de Montreal para lanzarle a continuación a Sam Jethroe. Un hombre delante del sambo Jethroe, en caso de que este se embasara, era la forma más segura de evitar que Jethroe, a quien apodaban “El Jet” por su velocidad corriendo las bases, le robara la segunda y tercera base al cátcher de Richards que se encontraba mal de su brazo. Tenía la cualidad doble de ganar juegos y de intrigar a los contrarios. En Las Ligas Menores le apodaban “El Loco” Richards, cuando ya los equipos de las Mayores se habían fijado en él como dirigente. Su llegada a Chicago en 1951 no causó expectación, porque el equipo tenía muchos años sin conquistar algo importante, ni contaba con jugadores de relevancia. Richards hizo de un equipo poco competitivo, un team ganador y temible. Tuvo una racha de 23 victorias en 25 juegos, venciendo en su casa a equipos como los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston, entre otros. Decía Richards: “Yo pienso jugar mis propios porcentajes. Seguiré el libro cuando sus porcientos sean ganadores, pero cuando sean perdedores actúan según mi iniciativa.

Su anecdotario de jugadas sensacionales basta para un libro, solo en la primera campaña. Jugando en Boston, el lanzador Harry Dorish estaba dominando a la poderosa toletería bostoniana, pero al final del juego, apareció Ted Williams en una situación peligrosa, Richards se vio en la alternativa de sacar a Dorish para colocar un zurdo en la lomita o dejar que Ted Williams se enfrentara al lanzador derecho Dorish. Paul Richards sacó a Harry Dorish del montículo y lo puso a cubrir la tercera base (por donde Williams nunca batea), situó a Billy Pierce en el montículo y cuando este dominó a Ted Williams, colocó nuevamente a Dorish a lanzar.

Sin embargo, el equipo de Richards se caracterizó por correr velozmente y bien las almohadillas. Desde un principio, Richards insistió en peloteros veloces y de buen brazo para el Comiskey Park de Chicago.

En este terreno con esas dimensiones, los hombres veloces y de buen brazo son imprescindibles. En las manos de Richards, cualquier hombre en la inicial es un potencial peligro. El cátcher no pierde la vista en el corredor. El lanzador rival lanza con los ojos puestos en la primera base. El cuadro se dispone a fildear con urgencia y de tanta precaución surgen los errores.


Un sonriente Paul Richards, Manager de los Medias Blancas de Chicago. 1951. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Hay 3 puntos que caracterizan a Paul Richards como Manager: La confianza en sus jugadores es total. Cuando ve a un jugador con posibilidades y que tiene empeño en aprender y vencer, jamás lo desautoriza, ni le hace temer por su puesto. Así fue como sucedió con Nellie Fox, cuando llegó no bateaba y Richards le dio la confianza para que fuera segunda base, siendo posteriormente un excelente pelotero, buen bateador, corredor y uno de los mejores segunda base de la historia de las Mayores. Como segundo punto, jugar con el alma para ganar, Richards es definitivo. En una ocasión, en Atlanta, observó que su equipo perdía por un abultado score y que sus jugadores se mostraban derrotados, ante ese calvario y ansiosos de llegar a las duchas para bañarse y cambiarse de ropa. Richards les quitó las ganas a sus jugadores de tener prisa para el futuro. Cuando llegaron a las duchas, Richards expresó con voz firme: “Aquí nadie se baña antes que yo”. Y a continuación permaneció sentado 2 horas antes de meterse en la ducha. Como tercer punto, que lo hace un gran dirigente es que es un estudioso firme y personal del deporte, tiene su propio criterio sobre los numeritos y sabe hasta qué punto el buen bateo de un jardinero compensa sus defectos como fildeador o como corredor.


El inteligente e innovador estratega Paul Richards.
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Richards que sabe de béisbol tanto como el que más es las Mayores, es como Leo Durocher y John McGraw, un hombre que no se deja impresionar por los peloteros de elevado bateo pero inútiles en el resto del juego. Expresaba Richards lo siguiente, al respecto: “Un bateador, por grande que sea apenas consigue un hit por juego. La diferencia entre un bateador de .300 y otro de .280, es mucho menos de lo que se cree comúnmente. Un fildeador lento, de poco brazo y torpe en las bases, puede perder para su equipo o ceder a los contrarios de 2 a 3 bases por juego. El detalle del Manager, es saber hasta qué punto unas cualidades compensan a otras. Esa es la razón del fracaso de muchas novenas que lucen enormes y del triunfo de otras que nadie toma en consideración”.

Al inicio de la campaña, algunos periodistas quisieron forzar a Paul Richards a unas declaraciones comparativas de su equipo con los Cachorros de Chicago, equipos de la misma ciudad. Y Richards señaló: “Tengo en proyecto tratar de derrotar a 7 equipos en las Mayores (en forma evasiva comentaba). Y ¿Quieren creer que ninguno está en la Liga Nacional?

La labor de Paul Richards en el terreno de juego y de su equipo es la que ha llevado al público al Comiskey Park. Y han sido sus órdenes las que han convertido al equipo más desconocido de las Mayores, en la cofradía de los “alegres locos milagrosos de Chicago”.

Para el año 1953, los Medias Blancas de Chicago, era un equipo con muchas probabilidades de ganar. El cuerpo técnico de Chicago estaba conformado por: John Rigney, director de las sucursales; Don Gutteridge, entrenador de novatos; Fred Schult y Joe Holden, scouts; John Mostl, supervisor de sucursales; Zack Taylor, instructor de novatos; Hugh Mulcahy y Ray Berres, instructores de infield y outfield; Luman Harris, coach de pitcheo y Paul Richards, Manager.

Paul Richards, era criticado por algunos por su manera de dirigir y de realizar cambios que recomienda a la organización. Sin embargo, ha conseguido formar un equipo muy completo en Chicago. Ese equipo mostraba velocidad en el campo y en las bases y una ofensiva sostenida que no decae hasta el séptimo bateador.


Paul Richards junto a la leyenda Frankie Frisch, en el Comiskey Park de Chicago, en un juego de exhibición entre los Medias Blancas y los Cachorros, de la ciudad de los vientos. 1951.

Señalaba Richards: “No gusta jugar el clásico béisbol con 2 o 3 estrellas bateadoras que ocupan los tercero, cuarto y quinto puestos al bate. Más peligroso que un empujador recio es, mantener una tanda de hiteadores extensa, que no deje descansar a los pitcherts rivales y que aproveche en las bases todo el producto de su ofensiva. De ahí la adquisición de Ferris Fain cambiado por Robinson y de Vern Stephens adquirido para que gaste sus últimos años en la esquina caliente. De ahí  la insistencia en buscar la forma de que Alfonso “Chico” Carrasquel  vuelva a batear cerca de los .280 puntos”.

A Paul Richards le gustaban más los bateadores de .280 puntos que conectan sobre zurdos, derechos, curvas o rectas, que aquellos que batean .320 puntos, pero que tienen debilidades señaladas y graves en los momentos importantes. Expresaba Richards con relación a sus dirigidos, los Medias Blancas de Chicago de 1953: “En nuestra tanda al bate, jugarán siempre 7 hombres veloces. Con nadie hallarán descanso los lanzadores rivales. Una base por bola, aun con 2 outs, será siempre peligro inmediato de carrera: El que esté en primera sabrá correr hasta home con el hit, y a quien corresponda al bate, tendrá siempre grandes oportunidades de pegarlo”.

El Manager de los Orioles de Baltimore, Paul Richards.

El 10 de septiembre de 1954, Paul Richards firmó con los Orioles de Baltimore un contrato como Gerente General y Manager con esa divisa.

Como Gerente General, participó con los equipos: Orioles de Baltimore (1955-1958), Astros de Houston (1962-1965), Bravos de Atlanta (1967-1972) y Medias Blancas de Chicago (1976).

En 1955, Paul Richards recibió una carta de Lindsay Deal recomendando al joven Brooks Robinson. Richards fue factor importante en el desarrollo de este gran pelotero que llegó a ser Miembro del Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown. Brooks Robinson en su discurso en la ceremonia de inducción al Templo de los Inmortales de Cooperstown (U.S.A.) en 1983, agradeció e hizo una mención cariñosa y especial a su primer manager, Paul Richards.


Libro escrito por Paul Richards. 1955.

Paul Richards escribió su libro titulado “Estrategia de Béisbol Moderno” (Modern Baseball Strategy) en 1955, publicado por la editorial Prentice Hall, con el prólogo de Leo Durocher.

En su estadía en Baltimore, Richards enfatizó su trabajo en el joven y sólido cuerpo de lanzadores y bullpen, los llamaron los “The Kiddie Korps”, tenían 22 años o menos de edad y estaban conformados por: Chuck Estrada, Steve Barber, Jack Fisher y Jerry Walker.


El General Dwight D. Eisenhower, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, realiza el lanzamiento inicial de la temporada, en el Griffith Stadium, de la ciudad de Washington, D.C. Lo acompañan los Managers, Chuck Dressen, de los Senadores de Washington y Paul Richards, de los Orioles de Baltimore. 1957.

Los pitcherts Billy O’Dell, Milt Pappas, y Jack Harshman, prosperaron con sus consejos y trabajo. Al joven Pappas, Paul Richards lo mantenía en la lomita, lanzando 70 pitcheos por juego; esa fue otra innovación que aportó Paul Richards al béisbol, el establecer un límite de lanzamientos a un lanzador joven abridor. Al pitcher relevista Hoyt Wilhelm, Paul Richards lo puso como abridor y lanzó un juego sin hit ni carreras contra los Yanquis de Nueva York, el 20 de septiembre de 1958, en el Memorial Stadium, derrotándolos 1-0, siendo el primer no hit no run en la franquicia de los Orioles de Baltimore. También desarrolló una mejor defensa y velocidad en el equipo.


El legendario Manager de los Yanquis de Nueva York, Casey Stengel, y Paul Richards, Manager de los Orioles de Baltimore. 1951.

En la temporada de 1956, el jugador Dick Williams, quien fuera posteriormente un gran y respetado Manager de las Mayores, expresó sobre Paul Richards: “Él fue mi salvador de que haya permanecido en las Grandes Ligas. Era una persona querida. Yo aprendí mucho con él. Me instruía como Manager y me gustaba la forma que conversaba con sus pitcherts al finalizar cada inning”. A Richards le gustaba la versatilidad de Dick Williams. Añadió Williams: “Una vez me puso en un doble juego contra Detroit a jugar 6 posiciones. Evidentemente, él apreciaba mi bate. Paul podría haber sido descarado y agudo, pero él me dio mi carrera en las Grandes Ligas y por eso, siempre le estaré muy agradecido”.

Los Managers del Juego de las Estrellas de 1961: Paul Richards, de los Orioles de Baltimore (Liga Americana) y Danny Murtaugh, de los Piratas de Pittsburgh (Liga Nacional).

Paul Richards fue el Manager de la Liga Americana, en los Juegos de las Estrellas celebrados en la temporada de 1961.

El 11 de julio de 1961, se celebró el Juego de las Estrellas número 30,  en el estadio Candlestick Park de San Francisco. Allí la Liga Nacional venció en el décimo inning 5-4 a la Liga Americana. El joven circuito se había ido adelante en la parte alta del décimo episodio. Sin embargo, el viejo circuito respondió en la parte baja, con hit de Hank Aaron al jardín central, un passed ball del receptor Elston Howard tras un envío del pitcher Hoyt Wilhelm lo llevó a la segunda base. Willie Mays bateó un doble hacia el jardín izquierdo, que permitió la anotación de Aaron, para igualar las acciones. Frank Robinson recibió un bolazo y fue enviado a la primera base. Roberto Clemente decidió el partido con un indiscutible hacia el jardín derecho para que anotara Willie Mays.

El 31 de julio de 1961, se llevó a cabo en el estadio Fenway Park de Boston, el Juego de las Estrellas número 31. El partido terminó en un empate a 1 carrera, en el noveno inning, presentándose una fuerte lluvia que obligó a suspender el juego, siendo la segunda vez en la historia del Clásico de Mitad de Temporada, que ocurría esta situación.

Entre los jugadores que Paul Richards dirigió en los Juegos de Estrellas que participó, tenemos a: Johnny Temple, Jim Gentile, Norm Cash, Nellie Fox, Ted Williams, Mickey Mantle, Al Kaline, Roger Maris, Bob Skowron, Rocky Colavito, Tony Kubek, Yogi Berra, Elston Howard, Brooks Robinson, Harmon Killebrew, Dick Howser, Luis Aparicio, Orestes “Minnie” Miñoso, John Romano y los lanzadores Whitey Ford, Jim Bunning, Mike Fornieles, Hoyt Wilhelm, Camilo Pascual, entre otros.

Paul Richards enfrentó como Manager de la Liga Americana a los famosos peloteros de la Liga Nacional: Maury Wills, Eddie Matthews, Bill Mazeroski, Ernie Banks, Stan Musial, Hank Aaron, Willy Mays, Orlando “Peruchín” Cepeda, Frank Robinson, Roberto Clemente, Bill White, Don Zimmer, Ken Boyer, Smoky Burgess, Vada Pinson y los picherts Sandy Koufax, Warren Spahn, Stu Miller, Mike McCormick, entre otros.

En 1961, fue el primer Gerente General de los Colts 45 de Houston, llamado posteriormente, Astros de Houston, estando en esas funciones hasta el año 1965.

Paul Richards fue un admirador del venezolano Luis Aparicio Jr., él comentaba que la conquista del banderín de la Liga Americana, por los Medias Blancas de Chicago, en 1959, se debió en gran parte por la labor de Aparicio y señalaba: “Yo te diré cuán bueno fue. Si los Medias Blancas no lo hubieran tenido, ellos hubieran llegado en séptimo lugar”.

Cuando Richards era el Gerente General de los Astros de Houston, quiso contratar a Luis Aparicio Jr.; sin embargo, el zuliano quiso terminar su carrera con los Medias Rojas de Boston.



Paul Richards en la portada de la revista “Sport”.

Paul Richards fue el que inventó la mascota gigante, tipo “panqueca”, para recibir los lanzamientos de nudillos del pitcher Hoyt Wilhelm. La mascota tenía 50 pulgadas de circunferencia. En 1960, Richards se había cansado de ver a sus cátchers no poder atajar los pitcheos de Wilhem. Finalmente, Richards siendo manager de los Orioles de Baltimore, cambió a Hoyt Wilhelm para los Medias Blancas de Chicago, a cambio del venezolano Luis Aparicio Jr., quien ayudó a los Orioles a conquistar su primer banderín. Richards expresaría que no le gustaría tener a un pitcher de nudillos en su equipo, ya que pudiera estar lanzando contra ti.

El 5 de diciembre de 1965, el periódico “Reading Eagle” de Pensilvania (U.S.A.) señaló la noticia de que el Gerente General de los Astros de Houston, Paul Richards, estaba interesado en contratar al venezolano Luis Aparicio Jr. para su equipo. Querían darle un contrato multianual (por 5 años), si lo aceptaba el venezolano. El manager de los Astros de Houston, Luman Harris, expresó: “Nosotros en Houston desearíamos tener a Aparicio. Estamos esperando comenzar las negociaciones con los Orioles para un posible contrato”.

El 3 de diciembre de 1965, llegaron a Venezuela, Paul Richards, Luman Harris y el scout Al Harris, para permanecer 10 días en Caracas y negociar con Luis Aparicio, quien jugaba con los Tiburones de La Guaira en la liga invernal y continuar su viaje hacia Puerto Rico.

Con los Astros de Houston, Paul Richards ayudó el desarrollo de los jóvenes peloteros Joe Morgan, Jimmy Wynn, Mike Cuellar, Don Wilson, Larry Dierker, John Mayberry y Rusty Staub, entre otros.

En 1966, cuando los Bravos se mudaron a Atlanta, Paul Richards fue el Vice-Presidente de Operaciones de la franquicia, por 7 años. Tuvo la suerte de ver en 1969, a su equipo jugar en la primera Serie de Campeonato de la Liga Nacional, aunque perdió contra los “Milagrosos” Mets de Nueva York, que a la final se titularon Campeones de la Serie Mundial esa temporada.

Después de algunos años medio retirado y dedicarse a jugar golf, fue contratado por su amigo Bill Veeck en 1976 para dirigir a los Medias Blancas de Chicago. Veeck decía que Paul Richards era su “Manta de Seguridad”, ya que se sentía protegido a su lado. No obstante, Richards únicamente pudo ganar 64 partidos, siendo destituido como Manager. Permaneció como director de desarrollo de peloteros dentro de la organización y ayudó a construir el equipo que ganó la División Oeste de la Liga Americana en 1983.

En 1978, Bill Veeck le dio la oportunidad al infielder de las Ligas Menores, Tony La Russa para dirigir la granja del equipo en Knoxville. La temporada siguiente, La Russa sería designado Manager de los Medias Blancas de Chicago. Tony La Russa expresaría luego: “La influencia de Paul Richards era una carrera de decisiones para mí. El viejo mago le dijo: “Confíe en sus instintos". La Russa comentó "He vivido con él desde entonces."

El último trabajo de Paul Richards fue como Consultor de los Rangers de Texas.

Como Manager tuvo un récord en su carrera de 923 victorias y 901 derrotas, con un porcentaje de juegos ganados de .506. Fue uno de los mejores Managers que ha tenido en su historia los Medias Blancas de Chicago.

A pesar de ser un gran Manager, nunca conquistó un banderín. 16 de sus jugadores a los que sirvió como dirigente, fueron grandes Managers, entre ellos tenemos a: Dick Williams, Tony La Russa, Joe Torre, Whitey Herzog, Earl Weaver y Cal Ripken Sr., Jim Frey, Ray Miller, entre otros.

Paul Richards fue exaltado como Miembro del Salón de la Fama del Béisbol de los Orioles de Baltimore en el año 1984.

El estadio Richards Park, de Waxahachie, Texas. Lleva el nombre en honor a Paul Richards, quien nació en esa población. Se localiza aproximadamente a 90 millas al sur de la ciudad de Dallas (U.S.A.).

El campo de béisbol de Waxahachie, Texas, que tiene más de 100 años de historia, lleva el nombre de Paul Richards, como homenaje a su memoria, por todo lo que representó para el béisbol y para esa población.

Falleció el 4 de mayo de 1986, de un infarto, cuando estaba jugando golf en el Country Club de su ciudad natal de Waxahachie, Texas (U.S.A.), a la edad de 77 años.

Quiero brindarle este respetuoso recuerdo a Paul Richards, por haber sido una persona que estuvo muchos años involucrado en el béisbol, como jugador, manager y directivo exitoso. Demostró ser un innovador y gran conocedor del juego. Visitó varias veces Venezuela y admiró la calidad de nuestros peloteros.

Miguel Dupouy Gómez

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